12-10-2025 Nuestro Pilar - 10 Minutos con Jesús

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes.

Te adoro con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración.

Madre mía inmaculada, San José, mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí.

Pues celebramos hoy la fiesta de la Virgen del Pilar y ponemos bajo su manto todas nuestras intenciones, especialmente a todas las que se llaman Pilar.

Qué gran regalo sois para nuestras vidas y qué buen momento para celebrarlo.

Y me gustaría considerar en nuestra conversación contigo, Jesús, tres verbos que pueden acompañar nuestra oración de agradecimiento por la presencia de la Virgen en nuestra vida.

Porque tú nos la diste como madre en la cruz para que nos acompañara en nuestro camino hacia el cielo.

Y en este año en que vivimos como peregrinos de la esperanza, podemos meditar muy especialmente en estos tres verbos.

El primero es animar, ya que esta fiesta recuerda cómo la Virgen se apareció el 2 de enero del año 40 al apóstol Santiago cuando se encontraba desanimado en su predicación en la península ibérica y, como señal de su presencia y poderosa protección, dejó un pilar que había de permanecer hasta el fin de los tiempos, como la fe cristiana en esas mismas tierras en las que Santiago estaba predicando con tanto esfuerzo.

Y pidió también la Virgen que en ese lugar se construyera una iglesia en su honor.

Fue la primera aparición mariana de la historia de la Iglesia y creo que todos podemos ver que hay en ese gesto de la Virgen algo universal.

No ya porque la protección amorosa de la Virgen llega a todos sus hijos y como a Santiago la Virgen nos acompaña en nuestro camino y nos alienta cuando nos desanimamos de vez en cuando, sino también en que ese evento fue el primero a lo largo de la historia de un continuo hacerse presente por parte de la Virgen en muchas otras apariciones.

Esta fue la primera y la única encarne mortal cuando ella todavía vivía en Jerusalén, pero la protección de nuestra Madre se ha manifestado a lo largo de la historia en muchas otras apariciones, como decíamos, en todo el mundo y podemos especialmente pararnos a pensar hoy en la historia personal de cada uno para considerar cómo la Virgen ha estado ahí para animarnos, para consolarnos.

Qué bueno recordar esos momentos en los que la Virgen se ha hecho presente para levantar nuestra mirada en los momentos de dificultad hacia el cielo y reconducirnos hacia Dios.

Hoy mismo puede ser un buen día para pedirle de nuevo su intercesión por nosotros y por tantas personas que conocemos por la paz del mundo y le pedimos que se muestre como Madre nuestra, que nos alcance tantas gracias.

Y esa presencia continuó a lo largo de la historia, como decíamos, firme y discreta.

Y si nos preguntaran uno de los años más importantes de la historia de España creo que todos responderíamos 1492.

Tantas cosas ocurrieron ese año, pero dos de las más importantes guardan relación justamente con la Virgen del Pilar.

El 2 de enero, aniversario de la aparición de la Virgen al apóstol Santiago, el rey nazarí Boabdil entregó las llaves de Granada a los reyes católicos y con ese sencillo gesto la victoria de Granada terminaba con ocho siglos de guerras entre cristianos y musulmanes.

Esto nos lleva al segundo verbo, vencer.

La Virgen con su aliento nos lleva a una victoria que ya es definitiva porque su hijo Jesús ya ha vencido y no importan las dificultades que atravesemos en nuestra vida, por duras y difíciles que parezcan, que la Virgen nos conduce a la victoria.

Todos pues libramos batallas contra nuestros defectos y pecados y en el mundo de la iglesia pues hay tantas, tantas guerras, tantos motivos, no solo guerras, conflictos bélicos, sino también muchos a un nivel espiritual.

Y es bonito recordar de la mano de la Virgen que la esperanza nos lleva a poner nuestra mirada en la victoria final, no importa el tiempo que pueda llevar o las derrotas que podamos sufrir, si perseveramos en la lucha, si no abandonamos la pelea, estamos seguros de que nuestro Señor de la mano de la Virgen nos alcanzará la victoria.

Y tal fecha como hoy, 12 de octubre de aquel mismo año 1492, se descubrió América, como todos sabemos, ¿verdad?