126 (LLDLL) LA OTRA CAMA. Edward Frederic Benson (EN LA ESTANTERIA)

Buenas noches volvemos a entrar en nuestra biblioteca para narrar osuna historia que al leerla me ha parecido muy buena muy digamos acorde incluso a estas fechas en las que se suele viajar más conocer nuevos lugares y por lo tanto es normal pasar las noches en habitaciones de hotel si es tu caso y tal vez esté solo sola me gustaría que te costará escuchando con los auriculares y en total oscuridad prueba a hacerlo todo se magnífica al no estar en tu zona de confort tu casa o en tu habitación habitual la inquietud puede dar golpecitos a tu valentía no te has preguntado nunca cuando visitas o duermes en una habitación que no conoces podido ocurrir hay amores pelea desengaños incluso alguna muerte hoy cojo este libro de la estantería se llama la otra cama de edward frederic pensó y es que casualidad o no como os digo tal vez por la inseguridad que en ocasiones nos aporta el hecho que no es nuestro almohada que no se ajusta a nuestro cuello a la cabeza o simplemente la habitación que se desconoce estoy pensando tal vez hacer algunos relatos con el título o con referencia a la cama y es una casualidad que me han llegado varios textos de terror a mis manos así de habitaciones y cama pero me atrevo a decir que no con la idea que todos tenemos al oír la palabra cama descanso para amor no no en estos libros que he leido de forma fortuita si sabes de lo que te hablo de inseguridad que regala una cama que desconoce tu cuerpo házmelo saber escríbeme y me lo comentas al vídeo que subiré al canal de youtube de la llamada de la luna o por aquí en la zona de comentarios y box pero dejemos eso para más tarde para el final comencemos ya la otra cama de frederick pensó comencemos saber con los ojos cerrados te gusta el las leyendas los enigmas viajar contras de forma diferente la llamada podrás leer me había ido a suiza en vísperas de navidad esperando por experiencia pasar un mes con un tiempo tan magnífico como reparador patinando todo el día bajo un sol radiante y dándome con los aires dos y abrazadores a la vez de aquella plácida atmósfera ya sabía que de cuando en cuando podría caer alguna nevada que en el peor de los casos duraría cuarenta y ocho horas ya la que seguirían otros diez días despejando si espléndidos con una temperatura de cero grados por la noche pero suaviza durante por el esplendor de un sol sin mácula muy por el contrario las condiciones meteorológicas