🎙️🤝🔍 Paz bajo tutela: el acuerdo entre Israel y Palestina auspiciado por Trump

Political Room. Yo soy Daniel Gin y como novedad especial en este episodio tenemos a mi amigo y compañero Iván López. Iván, ¿qué tal? ¿Cómo estás? ¿Qué tal, Dani? Sí, la verdad que una novedad inesperada, ¿verdad? Pues bueno, muy contento de estar aquí de nuevo charlando contigo una semana más. Y bueno, bien es cierto que a pesar de que no tenemos muchas novedades, ¿no? Parece novedad esto, a nivel internacional sí que se ha contejido, ¿no? Uno de los, digamos, sucesos más importantes a nivel diplomático en los últimos días y parece que al fin nos acercamos a ese acuerdo, ¿no? De paz, de alto el fuego entre Israel y Hamás. Sí, lo hablábamos antes a micro cerrado que teníamos la sensación de que esta era una semana tranquila para que veamos de dónde venimos y cómo está la realidad internacional últimamente que en un escenario en el que el gobierno de Estados Unidos está cerrado, se ha logrado un acuerdo de paz en Gaza y parece que se está iniciando un conflicto entre Afganistán y Pakistán, consideramos que es una semana más o menos tranquila y de actualidad asumible, desde luego.

Pero sí, nos vamos a dedicar, como ya habréis visto en el título del episodio, a Gaza, a ese acuerdo de paz. Creemos que ya han pasado los suficientes días como para poder analizar un poco más en profundidad. Al final, ya hemos hablado de Gaza, de Israel y de Oriente Medio en general en otras ocasiones, pero obviamente creo que este nuevo acuerdo puede sentar las bases de un cambio en la región bastante importante y, al final, es una de las noticias más relevantes desde los últimos dos años, desde que empezó el conflicto con esos ataques del 7 de octubre. Sí, al final, lo que parecía un conflicto sin salida, una guerra enquistada en los túneles de Gaza y en esos despachos de Jerusalén, pues parece que ha comenzado a transformarse casi de manera ciertamente, podemos decir, inesperada, en un conflicto diplomático que lo podemos calificar como cenético. Y es que, para dar un poco a los oyentes un poco de contexto, sí que es cierto que ha habido un momento bastante crítico.

Y es que todo había comenzado con una cierta llamada, una llamada que nadie había visto venir entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el primer ministro de Catar. Un gesto que, en apariencia, parecía solo un acto de cortesía forzada, pero que en realidad marcó un punto de inflexión en una de las guerras más largas y dolorosas en los últimos años. Y bien acepto que Netanyahu no quería hacer esa llamada, ya que había bombardeado Doha semanas antes, intentando eliminar a algunos dirigentes de Hamas que se refugiaban ahí bajo la mediación catarí. Fue un error monumental, el ataque ciertamente enfureció a los cataríes y había paralizado esas negociaciones. Pero Washington, pues un hombre había decidido convertir ese fracaso en oportunidad. Y qué figura no le encanta convertir cualquier evento en una potencial oportunidad, y ese es Donald Trump, el presidente que había vuelto al poder prometiendo orden y victoria, pues intervino personalmente, ordenó a Netanyahu que se disculpara.

Parece, por lo que hemos leído, que no fue una sugerencia, sino que había sido una cierta exigencia. Y desde el Salón Oval, bajo la mirada de su yerno Jared Kushner y su enviado especial Steve Whitkoff, Netanyahu tomó el teléfono y leyó unas líneas redactadas en parte por ellos. Era un reconocimiento público de culpa. Israel pedía perdón a Qatar por violar su soberanía. Esa disculpa, humillante ciertamente para el primer ministro israelí, fue el punto de partida de un movimiento diplomático que en cuestión de días se convertiría en ese intento más ambicioso de paz en dos años de guerra. Trump aprovechó la crisis de Doha para presionar a Israel, como nunca antes lo había hecho. Prometió a Qatar que no volvería a permitir un ataque similar y ofreció unas garantías de seguridad bajo el marco de un nuevo acuerdo entre ambos países. A los árabes les habló en tono de aliado a Netanyahu en el de un jefe impaciente. «Tómalo o déjalo», decía Donald Trump a Netanyahu, según las propias leyes.