🚫 Por qué dejar de seguir las reglas a veces es lo mejor que puedes hacer (Cat Stevens Reposición)

En esta ocasión exploramos el viaje de la adolescencia a la madurez tomando como hilo conductor la canción de Father and Son de Cat Stevens.

Hablaremos sobre cómo esta obra refleja la relación entre padres e hijos, la búsqueda de la identidad y el desafío a las normas.

Y también nos vamos a adentrar en la transformación de Cat Stevens en Yusuf Islam, su retiro y su regreso a la música y cómo todas estas experiencias se relacionan con el arquetipo del adolescente representado por Spiderman.

Así que fijaros si hay cosas aquí, acompáñanos en esta conversación sobre crecimiento, rebeldía y reconciliación.

En Father and Son presenciamos una conversación entre un padre y un hijo.

Cat Stevens compuso originalmente esta canción para una obra de teatro basada en la revolución rusa que nunca llegó a estrenarse.

En la obra un padre intenta convencer a su hijo de que debe asentarse, abandonar esas ideas rebeldes que solamente le van a traer problemas.

Sin embargo el hijo, como muchos hijos, no pueden escucharle ya que no está en sintonía con él.

Porque él es idealista y el mundo prudente que le ofrece su padre no responde a sus inquietudes en ese momento de su vida.

No es hora de hacer un cambio, sólo relájate, tómalo con calma, aún no eres joven, ese es tu defecto.

Hay tanto que debes saber, encontrar una chica, establecerte, si quieres, puedes casarte.

Mírame, soy viejo pero soy feliz, le dice el padre al hijo.

Y el hijo le dice, pero cómo puedo tratar de explicártelo.

Cuando lo hago, él se aleja de nuevo, dice refiriéndose a su padre.

Y ha sido lo mismo, la misma vieja historia.

Desde el momento en el que pude hablar, me ordenaron escuchar.

Ahora hay un camino y sé que tengo que irme, sé que me tengo que ir.

La adolescencia y la juventud son etapas en las que casi es obligatorio buscar un camino propio, distinto al que te trazaron.

El proceso de individualización a menudo requiere una traición simbólica.

Convertirse en una persona autónoma implica cargar con cierta culpa.

Cuando habitábamos en el paraíso, como Adán y Eva, Dios les dijo que podían comer de todos los frutos, así era Dios, excepto del árbol del conocimiento.

Comer de él les hizo sentir vergüenza.

Fueron expulsados del paraíso y pagaron un precio por haber tomado una decisión.

Pero este es el principio de la humanidad.

La humanidad surge a partir de ese pecado original.

Para despertar, para madurar, a veces es necesario desobedecer.

Después de aprobar el fruto prohibido, nosotros también somos expulsados de la inocencia cuando decidimos desafiar las normas, cuando nos atrevemos a pensar y a sentir por nosotros mismos.

Esta expulsión, aunque es dolorosa, es también el primer paso hacia una libertad que no está exenta de culpa ni de inseguridad.

Porque ya no podemos vivir bajo la sombra protectora de aquellas que nos guiaron porque ahora comenzamos a ser dueños de nuestras decisiones y con todo lo que eso implica.

Si me preguntan quién es mi superhéroe favorito, correspondería que es Spiderman.

La idea de Spiderman es un arquetipo del adolescente que siempre me ha cautivado.

En muchas de sus historias, su figura de autoridad es un policía, como el capitán George Stacy.

La paradoja es que Spiderman y el policía buscan lo mismo, proteger a la sociedad y combatir el crimen.

Sin embargo, mientras el policía actúa dentro del sistema y con autorización, Spiderman