🦾🕵️‍♂️ Las bóvedas de acero, de Isaac Asimov (01)

Si tuviéramos que poner una cartela a las historias de Isaac Asimov, se parecería mucho a la que utilizaba George Lucas para las películas de la Guerra de las Galaxias, para las películas de Star Wars.

Si para Lucas era hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana, para Isaac Asimov sería dentro de mucho tiempo en esta misma galaxia.

Y es que al final de su vida Isaac Asimov se dedicó a unir todas sus diferentes sagas de novelas de ciencia ficción en una única saga.

Una saga que podríamos decir de la historia de la humanidad, o de la historia de la Vía Láctea, de la historia futura.

Aquí en Divergencia 0 hemos visto ya lo que ocurría en Fundación, Fundación Imperio y Segunda Fundación.

Decenas de miles de años en el futuro.

Un único universo englobando a todos los mundos habitados de la galaxia que colapsa, llega a su fin y que a través de la visión de Harry Sheldon y de la ciencia que él mismo desarrolla, la psicohistoria, ve una segunda oportunidad en esa fundación o en esas fundaciones que en extremos opuestos de la galaxia decide fundar de manera que reconstruyan un segundo imperio.

Harry Sheldon es por tanto uno de los personajes clave en la literatura de ciencia ficción de Isaac Asimov.

Pero antes del imperio, antes de Trántor, antes de Harry Sheldon y de todos los personajes que ya hemos conocido en los audiolibros Fundación, Fundación Imperio y Segunda Fundación que he grabado también aquí en Divergencia 0, tenemos personajes igualmente importantes e igualmente vitales en el devenir de esa historia futura.

Narrados siempre con historias individuales, tremendamente divertidas, tremendamente entretenidas como solamente el buen doctor sabía hacer.

Abordamos hoy aquí la grabación del audiolibro de una de ellas, Las bóvedas de acero.

Nos encontramos cientos de años adelante en nuestro futuro, en nuestro tiempo, pero decenas de miles de años antes de lo ocurrido en el imperio galáctico, en la caída de Trántor y en el auge de las fundaciones.

No existe el imperio galáctico, la humanidad simplemente ha logrado colonizar 50 mundos, los 50 mundos espaciales encabezados por Aurora, Prebonaista Solaria y alguno más y lo ha hecho gracias a los robots, gracias a la invención de los robots.

Mientras tanto, la Tierra, aquejada por una tremenda superpoblación, se ha refugiado en lo que llaman las ciudades, que no tienen nada que ver con las ciudades que conocemos ahora mismo, sino que son gigantescas urbes de centenares de millones de habitantes que coexisten bajo un domo que las engloba a cada una de ellas y donde están obligados un poquito a subsistir en precariedad y en la cual se ha desarrollado un odio furibundo hacia los robots.

Son robotófobos, por así decirlo, porque entienden que los robots les están robando las posibilidades de empleo y demás.

Bien, en este contexto, en el cual la Tierra sigue siendo el planeta madre, la madre Tierra, y en el cual hay 50 mundos exteriores tremendamente poderosos, muchísimo más avanzados tecnológicamente que la Tierra, y a la que miran por encima del hombro con superioridad, ocurre la novela que vamos a ver ahora protagonizada por Elijah Bailey, un detective de la policía de Nueva York, del futuro, que irá acompañado de ese personaje que es vital, que es vital para el devenir de la galaxia, que es otro que Daniel Olivo.

Y me abstengo de poner iniciales, por cosas que todos acabaremos entendiendo tarde o temprano.

Comenzamos, por lo tanto, aquí y ahora.

Espero que lo disfrutéis, espero que os guste, como me gustó a mí.

Es una novela muy divertida, muy entretenida, es un noir, es una novela negra de investigación, pero con ese toque de Isaac Asimov, con robots, con futuro, y sobre todo sabiendo que es el germen de lo que acabará ocurriendo en la galaxia.

Ya os digo, Daniel Olivo, aquellos de vosotros que lo conocéis, sabéis de su importancia.

Bueno, pues aquí, en esta historia, es su primera aparición.

Después de Las bóvedas de acero, vendría El sol desnudo, vendría un relato breve, no sé si es Imagen en un espejo, creo que se titulaba, y luego vendrían ya novelas posteriores de los años 80, como serían Los robots de Aurora y Robots e Imperio, donde ya empezamos a unir la saga de Los robots con la saga del futuro Imperio Galáctico.

Pero vamos a empezar por el principio, vamos a empezar por Las bóvedas de acero.

¿Nos vemos? Venga.

Las bóvedas de acero.