135.T8P2- Ovnis, casos documentados.(Investigación militar y crítica)

Tercera parte del programa de hoy. Estamos hablando sobre los casos de Washington, en este caso año 1952. Hemos hablado de los dos casos, los dos que sucedieron entre las fechas entre el 12 y el 29 de julio de ese año, del año 1952. Hemos estado hablando tanto de las historias como lo que se dijo en los medios de comunicación en su momento.

Bien, ¿qué más sabemos sobre todo esto? Como ya sabéis, entonces ya existía el proyecto Libro Azul, que se encargaba de investigar todo lo que era la fenomenología de objetos volantes no identificados, en este caso se le llamaba platillos voladores. Bien, también sabemos que el proyecto Libro Azul, pues al final fue una pantomima para acallar bocas y que en muchos de los casos resulta que al final se maquillaban o también se desvinculaban directamente de lo que sería la fenomenología ovni.

Ante todo esto, ante los casos que os he comentado, ¿qué fue lo que dijo? ¿Cuál fue la explicación que dio la Fuerza Aérea sobre todo lo que había sucedido, ya que se había creado pues una gran alarma social cuando todos los medios de comunicación se estaban haciendo eco de lo que estaba sucediendo? Y para gustos, los colores. Explicaciones de todo tipo. La parte escéptica, la parte ufológica.

Y nosotros nos centramos, como os estoy comentando, ¿qué fue lo que dijo la Fuerza Aérea sobre todo esto que había sucedido? Bien, pues en respuesta a las historias del International News Service acerca de derribar los objetos no identificados y también para calmar el aumento de la ansiedad pública, además de responder a las preguntas de los medios de comunicación acerca de estos avistamientos y también con suerte para frenar el número de informes sobre ovnis enviados al proyecto Libro Azul, que estaban finalmente saturando todos los canales de inteligencia, resulta que el mayor de la Fuerza Aérea, los generales John Sanford, el director de inteligencia de la Fuerza Aérea, y también Roger Ramey, director de operaciones de la Fuerza Aérea, acabaron celebrando una conferencia de prensa muy concurrida en el Pentágono el 29 de julio de 1952.

Esta fue, con diferencia, la mayor conferencia de prensa en el Pentágono desde la Segunda Guerra Mundial. La prensa calificó a Sanford y a Ramey como los dos mayores expertos en ovnis de la Fuerza Aérea. Cuando hablamos de Sanford, fue fuertemente influenciado por el capitán Roy James, que había discutido los avistamientos con él al principio del día y que también habló en la conferencia.

Así que hablando de Sanford, éste declararía que las observaciones visuales sobre Washington podrían ser explicadas como fenómenos aéreos identificados erróneamente, hablando en este caso de estrellas o de meteoritos. Sanford también declaró que los objetivos desconocidos en el radar podrían explicarse debido a la inversión térmica que estaba presente en el aire sobre Washington en ambas noches y de la que también informaron los ecos de radar.

Pero si esto fueron respuestas realmente vanas, además no se quedaría ahí la cosa, porque también argumentó que los contactos de radar no fueron causados por objetos materiales sólidos y que por lo tanto no representaban una amenaza para la seguridad nacional. En respuesta a una pregunta sobre si la Fuerza Aérea había obtenido contactos de radar de ovnis similares previos al incidente de Washington, Sanford admitió también que había habido cientos de este tipo de contactos donde interceptadores de combate de la Fuerza Aérea habían despegado a su encuentro, pero declaró que dichas interceptaciones resultaron finalmente infructuosas, cosa que no sería cierto. La conferencia resultó ser un éxito en conseguir alejar a la prensa de todas estas historias y esto fue lo que escribió Rupert más tarde.

Pero volviendo a Sanford, y es que este no daba puntadas sin hilo y tenía que acallar las bocas de alguna manera. Así que entre los testigos que apoyaron la explicación de Sanford también estaba la tripulación de un bombardero B-25 que había estado volando sobre Washington durante los avistamientos del 26 al 27 de julio de 1952. El artillero fue alertado en varias ocasiones por el aeropuerto nacional sobre los objetos desconocidos y que no tenían nada que ver con la actualidad.