1465 - Sobre vida en otros planetas y en la Tierra

Las cosas claras. Se me ha caído la venda de los ojos. Te voy a decir una cosa. Aquí hay algo muy misterioso. Estoy convencido. Estás escuchando Universo de Misterios, el podcast de ciencia y misterio en iVoox. La noticia surgió hace algunos días, si la memoria no me falla, el 17 de abril de 2025. Hoy estamos a 24 de abril, y creo que fue ese mismo día, 17 de abril, cuando dedicamos ya un episodio a esa noticia, el hallazgo de dos biomarcadores en el planeta K2-18b. K2-18b es un exoplaneta que orbita una enana roja, una estrella enana roja, a unos 124 años luz de la Tierra, en la constelación de Leo. Bueno, ya sabéis, no es que la constelación de Leo se encuentre a esta distancia.

Las constelaciones son las formas aparentes, vistas desde la superficie de la Tierra, que tienen determinadas configuraciones de estrellas en el cielo. Pero están compuestas estas constelaciones por diferentes estrellas que se hallan, puede que a muy diferentes distancias de nosotros, unas respecto de otras, también, y no podemos decir que tal constelación se encuentre a una determinada distancia. Cuando se dice que K2-18b se halla a 124 años luz de la Tierra en la constelación de Leo, no se debe entender como que es esta la distancia a la que se encuentra la constelación de Leo, sino la estrella, la enana roja, a la que orbita K2-18b, que es una estrella que tiene el nombre de K2-18.

El exoplaneta K2-18b fue descubierto por el telescopio espacial Kepler en 2015, y ha sido objeto de gran interés debido a su potencial habitabilidad. Se trata de un planeta de tipo subneptuniano, con un radio aproximadamente 2,6 veces el de la Tierra, y una masa 8,6 veces mayor. Su ubicación en la zona habitable de su estrella y su atmósfera, rica en elementos, lo convierten en un candidato prometedor para la búsqueda de vida.

En 2023, el telescopio espacial James Webb observó la atmósfera de K2-18b utilizando espectroscopía de tránsito, analizando la luz estelar que atraviesa la atmósfera del planeta cuando pasa frente a su estrella. Esto permitió identificar componentes químicos presentes en su atmósfera. Los datos obtenidos gracias al James Webb indicaron la presencia de varios compuestos clave, metano y dióxido de carbono, que fueron detectados en cantidades significativas.

Su coexistencia sugiere procesos químicos activos, es decir, son procesos que se estaban dando cuando la luz, hace 124 años, bueno, un poquito más, porque estos son datos que obtuvo el James Webb en 2023, bueno pues, fue hace esos 125 años, aproximadamente alrededor de eso, cuando la luz que hemos recibido ahora procedente de la estrella K2-18 atravesó la atmósfera del exoplaneta K2-18b y como el metano es un gas que necesita que haya un proceso que lo genera continuamente, porque si no termina desapareciendo de las atmósferas, pues de ello se infiere de la adhesión.