149 - Eduardo Manostijeras (1990)

Todo puede suceder en el parking mortal podrá alguna vez se os avise planteado que cada uno de vosotros sois un regalo no importa cuántas veces sus hayan menospreciado o de emigrados sois un regalo para la humanidad el problema es que a menudo descuidamos una importante parte de se presente el engorda en cierta ocasión un amigo perdió su teléfono móvil y acudió a mí para recuperar el acceso a varias de sus cuentas de correo electrónico y demás herramientas tan necesarias para su trabajo una vez realizada mi labor y quedando su nuevo dispositivo al listo para funcionar y amigo me quiso hacer un regalo yo le dije quiero necesitaban nada que no había sido una tarea difícil y que apenas había invertido tiempo pero mi amigo insistió y me dejo una cosa envuelta en papel de periódico a modo de sobre improvisados el papel estaba sucio arrugado y se sujetaba por trozos de celo que supongo que había puesto hacia la históricamente a todo esto casi se me olvida mencionar que mi amigo es un muchacho con un fuerte olor corporal se lucha con la misma frecuencia con la que se afeita así que os podréis hacer una idea de que me refiero me acuerdo de que el mismo día en el que venció su periodo de prueba por contrato en la empresa donde estaba trabajando dejó inmediatamente de respetar el protocolo de vestimenta la oficina porque digo esto muy sencillo porque es una persona que realmente tiene un corazón tan grande que no le cabe en el pecho y sin embargo si os paráis a preguntar a mi cuadrilla de amigos descubrirá que las cualidades que se le atribuyen no son específicamente las que comprenden sus virtudes más notables para empezar habría que ver como tiene el coche nunca hemos visto de sentarlo tampoco hemos visto pagar una ronda entre los amigos y quizá por esta serie de detalles todos nos hemos hecho a la idea erróneamente de que no tiene mucho dinero algo que no es cierto porque muchos trabaja en una ingeniería civil y sabemos que un sueldo muy viejo pero volviendo a su esperpento regalo al momento en el que lo recibí pues estaba dentro de mi coche y él pues me lo he hecho así en el asiento justo antes de despedirnos dado el aspecto grotesco que tenía el cual sólo podría ser salvable sido hubiesen vuelto un niño de seis años mi primer impulso fue a abrir la ventanilla y tirarlo inmediatamente no lo hice obviamente pero estuve pensando en dejarlo dentro de la primera papelera que encontraste al bajar de mi coche justo en el momento en el que lo iba a hacer y con la mano alzada para encestar pronto no se porque pero me picó la curiosidad por ver lo que había dentro de ese es decir sobre raro probablemente alguna de esas notas que hacía en cuando íbamos al instituto con letras así como de gráfica ti donde seguramente si me esfuerzo conseguiría leer la palabra gracias junto a una caricatura pues de un pene gateando era muy muy típico suyo el caso es que me dio por abrirlo y había una entrada para acudir a un concierto sinfónica de la orquesta local el que interpretaba han temas de las mejores bandas sonoras de john williams dejan sin de jeans córner o de alan silvestre y todo en el teatro arriaga esto fue hace unos años la verdad es que me cogió el pantalón de golpe al pensar en lo que había estado a punto de romper y tirar esas entradas valían una pasta me di cuenta de algo que yo ya sabía pero que de vez en cuando conviene recordar y es que veréis yo he vivido muchos sitios he viajado y siempre he tenido facilidad para hacer amigos las personas no somos tan distintas en cantidad como puedan serlo es significativamente y de manera simbólica las gotas de un océano sin embargo es cierto que si además de entregar un regalo ponemos atención a la presentación quizá esa gota sería un elemento que el propio océano extrañaría si le faltas y mi reflexión final es para que no nos dejemos llevar enteramente por las apariencias si y además para que tomemos conciencia de que somos valiosos y no cuesta nada que también lo parezca ambos el verdadero regalo sois todos y cada uno de vosotros