1548 - El misterio del Manuscrito 512 y las ciudades perdidas en la Amazonia

Se me ha caído la venda de los ojos las cosas claras.

Te voy a decir una cosa.

Aquí hay algo muy misterioso. Estoy convencido.

Hay cosas en este mundo que superan con creces la capacidad de comprensión humana.

Cosas que no pueden explicarse, cosas que la mayoría de la gente preferiría ignorar.

Nosotros nos ocupamos de esas cosas.

Universo de misterios.

Dio en Evox.

La existencia de una misteriosa ciudad en ruinas.

Perdida en las profundidades de la selva amazónica.

Es algo que ha sido propuesto, incluso afirmado, por no pocos exploradores.

Quizás el más famoso de ellos sea el teniente coronel del ejército británico, Percival Fawcett.

Que desapareció en la selva amazónica buscando esa misteriosa ciudad perdida en 1925.

Fawcett estaba tan convencido de la existencia de la ciudad que presentó sus argumentos ante la Royal Geographical Society en Londres y dedicó varios años de su vida en varias expediciones a buscarla.

Buenas tardes, señores.

Quiero presentarles a uno de nuestros hermanos, cuyos logros ahora son conocidos por todos ustedes y nada desdeñables.

El mayor Percy Fawcett.

Estimados colegas, sostengo ahora la firme creencia de que la Amazonia es mucho más que el desierto verde que muchos habíamos supuesto.

Y mantengo que la Amazonia contiene una civilización oculta.

Se puede anteceder a nuestra civilización, incluso.

Mayor Fawcett, soy el señor William Barkley de Bedford y he estado en América del Sur.

Por favor, señor Barkley, nos encantaría que nos contara sus vacaciones.

Pero ahora mismo estamos hablando de exploración.

Insiste usted en la existencia de reinos de oro.

Pues esas fantasías condujeron a los conquistadores a su destrucción.

Señor, y nosotros somos los que hemos destruido a la Amazonia.

He visto con mis propios ojos evidencias de su civilización y le aseguro a usted, señor, que es real.

Quizá a algunos de ustedes les cueste mucho aceptarlo.

Hemos estado inmersos en el fanatismo de la iglesia durante tanto tiempo.

No damos credibilidad a que exista una civilización más antigua, particularmente una creada por una raza que el hombre blanco ha condenado brutalmente a la esclavitud y a la muerte.

¿Insiste usted en que esos salvajes son como nosotros? No lo sé, señor Barkley, pero tengo intención de descubrirlo.

¿Salvajes en la abadía de Westminster? Queda clara su suerte de respeto, señor.

¿Pero qué hay en juego? Si logramos descubrir una ciudad donde se consideraba que no podía existir ninguna, es muy posible que escribamos un nuevo capítulo de la historia de la humanidad.

¡Sí!