1719 - Los problemas que deberán enfrentar las futuras misiones tripuladas a Marte

Hay cosas en este mundo que superan con creces la capacidad de comprensión humana. Cosas que no pueden explicarse. Cosas que la mayoría de la gente preferiría ignorar. Nosotros nos ocupamos de esas cosas.

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Soy Mark Watney, astronauta. Voy a grabar este diario para que conste en caso de que muera. Son las 06.53 del sol 19 y estoy vivo. Es algo evidente aunque sin duda resultará una sorpresa para mis compañeros y la NASA. Para el mundo entero, claro está. Así que resulta que no moría el sol 18. Por lo que me imagino este trozo de la antena principal de comunicaciones se desprendió, atravesó mi biomonitor y se me clavó en el vientre. Sin embargo, la antena y la sangre coagulada consiguieron taponar la brecha de mi traje. Eso me mantuvo con vida aunque la tripulación me diera por muerto.

No puedo contactar con la NASA y aunque lo lograra tardarían cuatro años en llegar hasta mí con una misión tripulada. Y estoy en un hábitat creado para 31 días. Si se estropea el oxigenador, me asfixiaré. Si se rompe el purificador de agua, moriré de sed. Si hay una brecha en el hábitat, acabaré implosionando.

Y si por un milagro no ocurre nada de eso, un día me quedaré sin comida. Así que...

Para la próxima década de 2030 tienen prevista su llegada a Marte varias misiones tripuladas de distintas agencias espaciales de la Tierra. Y a lo largo de las décadas siguientes la humanidad verá los primeros asentamientos estables en el planeta rojo, su viabilidad, la seguridad y el bienestar de los astronautas que pasarán a ser los primeros colonos marcianos.

Van a depender de la planificación, de lo bien pensadas que estén esas misiones.

A pequeña escala, la película de Martian, El marciano, basada en la excelente novela de Andy Ware y de la que hemos escuchado el corte inicial. Y escucharemos algún otro corte a lo largo de este episodio.

A veces hemos hablado en universos de misterios de que obras que se consideran como de ciencia ficción en realidad no lo son. Por ejemplo Spence, ¿no? Alguien me decía, uno de vosotros, me decía que en realidad podría encuadrarse dentro de un género que sería la ópera espacial, algo así. Bueno, bueno, está bien, pero no es ciencia ficción desde luego. Y esta sí que lo es, de Martian, porque plantea un futuro plausible.

Más allá de que pues haya demasiada suerte o que haya algún pequeño error. Por ejemplo, revisando la película para extraer cortes para este episodio, he descubierto una escena en la que, después de que una tormenta de polvo amenazara con destruir o tumbar la nave en la que regresaban, pocos días después, o semanas después, si queréis, el astronauta que quedaba allí buscaba un generador de isótopos, ¿no? Para conseguir energía. Y ese generador estaba enterrado con una sencilla bandera.