1773. De callar no te arrepentirás nunca (EDITADA)

Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos señor dios nuestro en el nombre del padre y del hijo y del espíritu santo señor mío y dios mío creo firmemente que estás aquí que me ves que me oyes te adoro con profunda reverencia te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración madre mía inmaculada san josé mi padre y señor ángel de mi guarda intercede por mí en aquel tiempo nos dice el evangelio de hoy se acercaba jesús un leproso perdón se acerca a jesús un leproso suplicándole de rodillas si quieres puedes limpiarme compadecido extendió la mano y lo tocó diciendo quiero queda limpio la lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio él lo despidió encargándole severamente no se lo digas a nadie pero para que conste ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó moisés porque los sacerdotes en aquella época pues eran los que testificaban que una persona se había curado de la lepra una enfermedad muy contagiosa para que les sirva de testimonio es decir testimonio de su corazón pero cuando se fue empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho de modo que jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo se quedaba fuera en lugares solitarios y aun así acudían a él de todas partes la lepra era algo tremendo en aquella época al mismo tiempo que la piel el leproso perdía la relación con sus seres queridos dejaban de vivir en su hogar no podían transitar los caminos ni entrar en los poblados tenían que vivir como él poblados de leprosos y cuando iban por los por por caminando por el campo pues iban gritando leproso leproso para que la gente se apartara dellos y no se contagiaran te imaginas qué vida tan terrible bueno el caso es que este leproso oye hablar de ti señor de los milagros que has hecho por toda galilea y que estamos viendo estos días y se llena de fe y de audacia y se atreve incluso a acercarse a ti a un rabí famoso cosa que los que que que los leprosos no podían acercarse a otras personas se arriesga a ser alejado de allí a pedradas como muchas veces ocurría y no solamente eso sino que se pone de rodillas delante tuya y reconoce con sinceridad su enfermedad y te suplica lleno de delicadeza si quieres puedes limpiarme es decir yo no puedo lo he intentado muchas veces pero no puedo y tú tú sí que puedes señor lo sé pero no sé si querrás señor qué ejemplo para nosotros que cada uno de nosotros aprenda a pedir así de rodillas humildemente acercándose a ti con fe pero con delicadeza si quieres jesús yo querría esto pero no sé si es lo que más me conviene porque entonces como veremos el corazón del señor como lo hizo este leproso compadecido dice el evangelio es decir jesús el sagrado corazón de jesús se compadece extendió la mano y lo tocó diciendo quiero queda limpio qué bueno buenos jesús verdaderamente que fáciles conmoverlo y no hace ascos a nuestras miserias nuestras llagas tantas veces repugnantes señor lo toco un leproso alguien cubierto de llagas y además con esa enfermedad contagiosa porque era una enfermedad que conducía a la muerte inevitablemente no en poco tiempo sino a través de un sufrimiento terrible me viene ahora la cabeza señor qué también aquel santo san juan pablo segundo cuando fue a costa de marfil y fue a verla leprosería porque tenía interés le dijo al nuncio puedo puedo abrazarlos y abrazaba a los leprosos pero claro nosotros estamos en una época en la que hay pues medicina contra la lepra el evangelio dice que la lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio es decir al instante jesús puede hacer más en un segundo que yo en toda mi vida por eso señor te pedimos ahora toca mi alma mi vida toca mi familia toca mis amigos que lo necesita más toca a mi trabajo