1775. Haz en mí, Señor, lo que quieres de mí

Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos señor dios nuestro en el nombre del padre y del hijo y del espíritu santo señor mío y dios mío creo firmemente que estás aquí que me ves que me oyes te adoro con profunda reverencia te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración madre mía inmaculada san josé mi padre y señor ángel de mi guarda intercede por mí el ser humano es un buscador infatigable de la verdad de la bondad y de la belleza es algo que hemos ido viendo muchas veces en estos ratos de conversación contigo señor no estamos hechos para la mentira para el disimulo para las apariencias sino para la verdad tampoco se están tampoco estamos hechos para para el rencor el odio la soledad la hostilidad sino para el bien ni tampoco estamos hechos para para lo cutre lo feo no nos atrae como dice un amigo mi hijo lo malo rasca no nos gusta las cosas bellas las cosas bien hechas vivir sin belleza alguna alrededor deprime enormemente el ánimo y un ejemplo de todo esto lo tenemos en el evangelio de hoy que empieza así en aquel tiempo jesús salió de nuevo a la orilla del mar toda la gente acudía a él y les enseñaba cuando fernando ocáriz monseñor fernando ocáriz prelado del opus dei en su magnífico libro a la luz del evangelio comenta un pasaje muy similar a este escribe la gente se fijaba en ese pasaje como toda la multitud acude y se agolpa en torno al señor escribe la gente quiere peinarse alrededor de jesús porque busca sin cesar cosas buenas y bellas que llenen su corazón recuerdo ahora una una anécdota que cuenta william saroyan en una de sus novelas en donde el protagonista que se llama wig stanley está tocando el trombón en un campo de prisioneros alemán y entonces se quedan embelesados tanto los prisioneros como los los guardianes alemanes que les están vigilando ensimismados y y como atrapados por la música deliciosa que son que sonaba y entonces escribió william william saroyan no sé por qué luchan los soldados del ejército norteamericano o por qué creen que ellos luchan ya que no se lo he preguntado a todos uno por uno pero creo que si se lo que aman hasta el último dellos sea quien sea y del grupo que sea lo que ama es la verdad y la belleza laman la necesitan y la quieren y cuando la encuentran se les saltan las lágrimas en aquel tiempo toda la gente acudía a él y les enseñaba hemos leído todos tenemos sigue diciendo fernando ocáriz en lo más profundo de nuestra alma aspiraciones que sólo él es capaz de saciar el eres tú señor existen tantos testimonios de personas que ante el descubrimiento de la alegría de la vida cristiana exclaman pero yo no lo sabía nadie me lo había dicho yo pensaba que era otra cosa y concluye señor haznos capaces de reconocer esa nostalgia de tu rostro esos signos de la sed de ti en las demás personas que sepamos transmitir tu verdadera imagen a quienes nos rodean es una oración señor que cada uno de nosotros hace ahora propia y sería como el primer punto de esta meditación de hoy al que nos ha conducido la introducción del evangelio la necesidad de grabar en nuestra alma la certeza de que hoy como siempre la gente busca tu rostro señor porque en nuestro corazón el de todos está hecho para la verdad el bien y la belleza y no hay nadie ni nada más bello que tu señor ni más bueno ni más verdadero por eso san agustín escribió nos hiciste señor para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti algo que millones y millones de cristianos a lo largo de todos los siglos hemos experimentado profundamente y la consecuencia es optimismo esperanza en que nuestra tarea de acercar a los hijos a los amigos a los conocidos á cristo será exitosa porque en el corazón de cada ser humano habita lo quiera o no lo que lo quiera sea consciente o no sea consciente una ley