iVoox
iVoox Podcast & radio
Download app for free
By Jose Brage Meditaciones diarias
1794. Fraternidad cristiana

1794. Fraternidad cristiana

2/6/2025 · 31:00
0
7.6k
0
7.6k
Support

Description of 1794. Fraternidad cristiana

Meditación en el jueves de la IV semana del Tiempo Ordinario. El Evangelio nos presenta el envío de los Doce Apóstoles de dos en dos. Tomamos pie para hablar de la fraternidad cristiana, que es el mejor modo de evangelizar. Se trata de una meditación predicada en un contexto especial: a personas supernumerarias del Opus Dei en un retiro especial.

¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/874295

Read the 1794. Fraternidad cristiana podcast

This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.

Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro, en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes, te adoro
con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto
este rato de oración.
Madre mía inmaculada, San José, mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por
mí.
Empezamos este retiro con mucha ilusión, Señor, para ver si te escuchamos, alguna cariñosa
sugerencia a cada uno de nosotros para mejorar el modo de vivir nuestra vocación en la hora.
Y todo el retiro va a ir sobre un tema apasionante que es la caridad, que es la fraternidad.
En el Evangelio de Marcos se dice que Jesús, pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón
y a Andrés, echando las redes, y les dijo, venid y os haré pescadores de hombres.
Y luego ve a Juan y a Santiago, otra pareja, y les dice lo mismo, que les sigan.
Y luego los va llamando de dos en dos.
Luego llamó a los doce y los fue enviando de dos en dos, dice Marcos en otra ocasión,
dándoles autoridad, los mandó sin bastón, bueno, con un bastón pero sin pan, sin alforja,
sin dinero, que no llevasen sandalias, ni túnica de repuesto, pero de dos en dos.
Es como si tú, Señor, dijeras, vale, sin nada, pero de dos en dos, para que podáis
vivir la fraternidad, apoyaros uno al otro.
Es algo que está muy presente en el Evangelio.
Y don Álvaro, en una carta del año 85, nos decía, el espíritu de familia es tan esencial
para nosotros, que cada hija y cada hijo mío lo lleva siempre conchigo.
Allá, donde estamos nosotros, pues ahí, a nuestro alrededor, sea un lugar de trabajo,
sea nuestra familia, naturalmente, sea un grupo de amigas, pues ahí procuramos crear
ambiente de familia, facilitando la creación de un ambiente de hogar en cualquier sitio
donde nos encontremos.
Por eso, nuestro ser y sentirnos familia no se fundamenta en la materialidad de vivir
bajo el mismo techo, no vivimos en la misma casa, sino en el espíritu de filiación y
de fraternidad que el Señor ha querido desde el primer momento para su obra.
Y tenemos, Señor, un peligro, que es pensar que esto de la fraternidad es sobre todo para
las numerarias que viven en el centro.
Eso sería como apuñalar nuestra vocación, ¿no?
Esto es para todas las personas del Opus Dei y muchas veces hay tantos magníficos ejemplos
de personas que viven la fraternidad con las demás de casa de su grupo, apoyándose
mutuamente, que no viven juntas.
Recuerdo una vez una de casa que me decía, bueno, yo en aquella época en que tuve aquella
enfermedad y al hijo mío le pasó esto y a mi marido no sé cuántos, yo sobreviví
por las demás de casa, que eran mi roca.
Venían a casa, me cogían los niños, me traían comida hecha, me hacían no sé qué,
me hacían no sé cuánto y lo contaba profundamente agradecida.
Nosotros, Señor, no podemos convertir en un eslogan esto de que para nosotros la fraternidad
es como lo primero.
Bueno, sí y tal, pero luego en la práctica, pues, esto ya mis cosas.
Es comprensible porque todos tenemos muchas cosas, ¿no?
Y resulta que voy a un círculo y no sé cómo se llaman otras de las que, imaginaros,
un caso extremo, algo fallaría porque eslogan, decimos, decimos, pero luego, oye, pero ¿tú
qué quieres a esta?
Que no sabes ni su nombre, no es más que un ejemplo un poco absurdo, ¿no?
Pero me entendéis.
¿De acuerdo?
Cuando don Javier Echevarría estaba todavía aquí y en un curso anual en Artafea, que
es una casa de Pamplona, pasó que tuvo un día de mucho ajetreo porque se levantó temprano
porque iba a decir una misa con el arzobispo de Pamplona y además luego iba a la clínica
que le hacían un chequeo, pero además él quería ver a Néstor.

Comments of 1794. Fraternidad cristiana
This program does not allow comments.