1798. Y los que lo tocaban se curaban

Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos señor dios nuestro en el nombre del padre y del hijo y del espíritu santo señor mío y dios mío creo firmemente que estás aquí que me ves que me oyes te adoro con profunda reverencia te pido perdón de mis peque dados y gracia para hacer con fruto este rato de oración madre mía inmaculada san josé mi padre y señor ángel de mi guarda intercede por mí en aquel tiempo dice el evangelio de hoy terminada la travesía jesús y sus discípulos llegaron a genesaret y atracaron apenas desembarcados lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca cuando se enteraba la gente dónde estaba jesús le llevaba los enfermos en camillas en los pueblos ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto y los que lo tocaban se curaban señor es la acción benéfica de tu presencia cómo aquella mujer que tocó la orla de tu manto y quedó curada pues así éstos le rogaban te rogaban que les que les dejaras tocar la orla de tu manto porque sabían que que que tu presencia física tu cuerpo tenía tanta fuerza que era capaz de curarles y los que lo tocaban se curaban se acercaban con esa fe a tocarte la acción benéfica de tu cuerpo y de tu presencia y yo pienso señor la acción benéfica tuya desde el sagrario desde la eucaristía es yo no solamente te tocó sino que te como en la comunión en la sagrada comunión y ese tocarte reestructura mi vida desde dentro me va convirtiendo en eucaristía es decir me enseña a hacer de mi existencia una acción de gracias y una alabanza a dios por eso dice un documento de la iglesia la eucaristía se nos ha dado para que nuestra vida sea como la de maría toda ella un magnífica es decir un canto de alabanza y acción de gracias adiós y esto lo hace la eucaristía tu cuerpo tu presencia tocándonos y al tocarnos nos cura de todas nuestras enfermedades y cuál es la mayor enfermedad que tenemos pues nuestra falta de fe nuestra falta de esperanza y nuestra falta de caridad de amor vamos a vamos a pensar un poco en esto sirviéndonos de un unos capítulos excelentes del libro de jacques philippe si conocieras el don de dios pero antes recordar aquello que decía san josemaría jesús que se nos entrega como alimento eso es la comunión porque jesucristo viene a nosotros todo ha cambiado y en nuestro ser se manifiestan fuerzas la ayuda del espíritu santo que llenan el alma que informan nuestras acciones nuestro modo de pensar y de sentir cuando te tocamos el cuerpo y la sangre de cristo en la comunión se produce una conversión en primer lugar la fe la eucaristía nos educa en una mirada de fe aprendemos a no fiarnos sólo de las apariencias sino a poner como fundamento de nuestra percepción de la realidad no lo que vemos sino la palabra de dios creo todo lo que ha dicho el creo todo lo que ha dicho el hijo de dios nada es más verdadero que esta palabra de verdad decimos en ese lino precioso el pange lingua señor la confianza en tus palabras nos obliga a no quedarnos en el nivel de nuestras pobres impresiones que muchas veces falla y así podemos superar pues el racionalismo que es una enfermedad del alma es una percepción demasiada estrecha del mundo donde el hombre se asfixia porque solamente toma por como verdadero lo que puede explicar y de hecho no lo consigue porque proliferan lo irracional el tarot que si la suerte que si no sé qué que si esto ha sido una señal de las apariencias o impresiones de que voy mal de de que este avance es pequeño de que es muy difícil los miedos irracionales señor enséñame a superar esa enfermedad y para ello voy a tocarte en la eucaristía