
18-03-2025 Quedarán blancos como nieve - 10 Minutos con Jesús

Description of 18-03-2025 Quedarán blancos como nieve - 10 Minutos con Jesús
** Ponte en presencia de Dios. Trata de hablar con Él.
** 10 minutos son 10 minutos aunque te puedas distraer. Llega hasta el final.
** Sé constante. El Espíritu Santo actúa “a fuego lento” y requiere constancia.
Audios de 10 minutos que te ayudan a rezar.
Un pasaje del Evangelio, una idea, una anécdota y un sacerdote que te habla y hab.la al Señor invitándote a compartir tu intimidad con Dios.
Busca tu momento, piensa que estás con Él y dale al play.
Toda la info en nuestra web:
www.10minutosconjesus.org
diezminutosconjesus@gmail.com
Para recibir cada día tu meditación por Whatsapp pulsa aquí:
http://dozz.es/nu36t
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes.
Te adoro con profunda reverencia.
Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración.
Madre mía inmaculada, San José, mi Padre y Señor, mañana celebramos ya tu fiesta.
Ángel de mi guarda, interceded por mí.
Caminemos juntos en la esperanza.
Queremos caminar juntos, ir con los demás, pero sobre todo, Señor, queremos caminar junto a ti, ir contigo.
Porque tú, Señor, eres nuestra esperanza. Pero a veces nos da reparo, no nos sentimos dignos de caminar a tu lado, porque nos hemos portado demasiado mal, porque nos olvidamos de ti y sólo cuando tenemos un problema o una dificultad que ya nos supera por todos lados, pues ya es cuando nos acordamos de de rezar.
A veces, Jesús, también descubrimos la fealdad de nuestro pecado, nos sentimos indignos de tu amor, pero sin embargo, tú, Señor, nunca te cansas de perdonarnos.
Como nos recuerda el profeta Isaías en la primera lectura de la misa de hoy, el Señor nos dice aunque vuestros pecados sean como escarlata, quedarán blancos como nieve, aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como lana.
Por muy feos, por muy terribles, por muy rojos que sean nuestros pecados, pueden quedar totalmente blancos purificados.
Aunque vuestros pecados sean como escarlata, quedarán blancos como nieve, aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como lana. Tú, Jesús, tienes poder para perdonar nuestros pecados, para limpiar nuestras manchas, Pero, para poder hacerlo, nosotros también tenemos que poner algo de nuestra parte, nuestro arrepentimiento, nuestra contradicción, el propósito de enmienda, de enmendarnos, de no volver a cometer esos pecados. Y me parece que uno de los problemas que padecemos actualmente es la pérdida del sentido del pecado. Una vez, un domingo, a la salida de misa, una persona me dijo que no le salían las cuentas. Y yo le pregunté a qué se refería.
Y este hombre, con sencillez, me contó que llevaba tiempo sin comulgar porque no acababa de animarse a acudir al sacramento de la confesión. Pero que veía a toda la gente que se acercaba a comulgar y veía la fila de la confesión y no le salían las cuentas. Hay muy pocas confesiones para tantas comuniones. Y la verdad es que a mí tampoco me salen las cuentas. Y más que por maldad, entiendo que es por, no sé, por ignorancia. Que mucha gente quizá piense que que tendría que confesarse, pero es que no sabe ni por dónde empezar. Ya no se acuerda ni de cómo se hace, ni de... Le da mucho apuro porque lleva después de tanto tiempo y...
Y oye que es que tampoco, no sé, ni robo ni mato, ¿sabes? Y cuanto más tiempo pasa, pues más cuesta el volver a la confesión. Y uno prefiere mirar hacia otro lado. No sé, es como si alguien dijera, puff, yo es que no soporto ver la casa sucia. Ahora mismo me levanto y apago la luz. Claro, pues la casa va a seguir sucia. Quizá sea mejor que te dediques un tiempo a limpiarla. Y te diré que confesarse no es tan difícil. Haz la prueba. Acércate al confesionario. Bueno, si no hay nadie en el confesionario, vete primero al sacerdote a pedirle si te puede escuchar en confesión. Te acercas al confesionario, te santiguas y dices, Ave María Purísima.
Y el sacerdote te responderá, Sin pecado concebida. Y a continuación dices, Padre, ¿me podría ayudar? Hace medio millón de años que no me confieso. Y el sacerdote te acogerá y te ayudará a hacer un examen de conciencia, a ir descubriendo qué cosas hay en tu vida que te hacen daño a ti y que hacen daño a los demás. Y además, no te preocupes. El sacerdote no se va a asustar. De verdad. Sí que somos muy poco originales. Que a estas alturas no hay pecado que, por desgracia, no esté ya inventado. Además, el sacerdote no te va a juzgar. Bien sabe él que quien juzga es el Señor. Y lo que el sacerdote ve desde el otro lado, desde su lado, son principalmente dos cosas.