#18 🦇LA MALDICIÓN DE LOS VON CARSTEIN🦇 - El Castellano|Warhammer Fantasy [Sistema Black Sword Hack]

Bien, bien, me ha gustado la narración compartida. Y hablando de respirar, con esa bocanada de aire tan potente que dio este personaje y la que le impulsó a salir como un resorte de ese sarcófago, esa especie de baúl de piedra con una apariencia de tener cientos miles de años, quizás, ese resuello, ese intentarla con postura apoyándose en sus rodillas mientras os mira a todos, con ese sombrero de cuero en una de sus manos, tenéis delante a un cazador de brujas, no tenéis duda.

Seguramente todos hayáis visto alguno alguna vez o hayáis oído sobre ellos, incluso Zadok que lleva mucho tiempo por el viejo mundo y, lo dicho, justo delante de vuestra tenéis a esa persona. Sabéis que ha sido mordida por algún vampiro, pero al menos aún parece ser humano. Y no creáis que me voy a arrepentir de lo que he dicho porque... vuestra escena.

¿Quién sois? Un martillo roza tu cabeza. ¿Quién eres tú? Joder, por Sigmar, que está vivo, Freyja. ¿Vas a matarlo? ¿Has visto el cuello? ¿Qué le pasa al cuello? Alderay levanta la cabeza para mirar a Freyja, que está más alta que él dado que él está sentado todavía en el sarcófago, pues ve una gota de sudor que no estaba antes recorriendo el lado de la cara y mira a tu símbolo de Sigmar y dice, si de verdad crees que soy un monstruo, tócame con tu símbolo. Alderay, si soy un monstruo.

Mira a Lucer, ¿eso es verdad? Lucer está mirando alrededor a las zonas altas de este salón de baile como si buscara algo o alguien. No está prestando ninguna atención a la escena y de vez en cuando ves como se echa la mano izquierda al costado y agacha la cabeza y se mira el guantelete, pero parece que no te ha escuchado. Con la mano libre, en la que no tengo el martillo, estaba sujetando el pelo hace un momento.

Te voy a meter la mano buscándote el pulso en el cuello. Ves que mueve el cuello, dejando que palpes el cuello, como si no le supusiera duda de lo que vas a encontrar. Y ahí está. Sorprendentemente, ahí está. Me giro hacia el resto y digo, parece que tiene pulso todavía. Zadok, este hombre, ¿cómo se llamaba ese de tu sueño? Miro a los ojos un momento y vuelvo a recorrer esa casa a la entrada de Silvania. Vuelvo a ver el diario.