18. Herramientas para la Aceptación

Hola amigas, hoy vamos a hablar de la aceptación y de cómo hacer para aprender a aceptar cuando las cosas no salen como a nosotras nos gustaría o como nosotras quisiéramos. Y es que una de las cosas más difíciles del mundo para todos los seres humanos es aceptar la realidad de los hechos. ¿Y sabes por qué? Porque somos seres con una extraordinaria capacidad para construir realidades paralelas, para crear mundos fantásticos, seres extraordinarios.

A través de nuestros relatos construimos mitos, soñamos despierta, viajamos al pasado y al futuro. Nos encanta escaparnos de vez en cuando de la realidad y por eso devoramos cuentos, novelas, películas, series... Volar con la imaginación nos permite vivir varias vidas en una y nos permite soñar con otras realidades posibles. Sin embargo, la línea que separa la ficción de la no ficción es una línea muy delgada y no siempre la tenemos clara.

Con el amor romántico es muy fácil construir castillos en el aire y engancharse a los mitos y con la droga del enamoramiento nos cuesta muchísimo poner los pies en la tierra. Sin embargo, las mujeres nos jugamos muchísimo en el amor y no podemos permitirnos el lujo de dejarnos llevar por la imaginación. Siempre lo digo, hay que estar despiertas, permanecer lúcidas y hay que ser realista y práctica para poder disfrutar del amor. El pensamiento mágico no nos ayuda en nada.

¿Por qué? Pues porque nos lleva al autoengaño. Los golpes que nos damos contra la realidad son demasiado fuertes y cuanto más nos auto engañamos más duro y doloroso es enfrentar la realidad. Y es que nos cuesta aceptar mucho que no nos aman ya o que nos amaron pero ahora mismo ya no. Nos cuesta mucho aceptar que una relación se ha terminado o también que estamos en una relación en la que realmente no nos están tratando bien. Y si no podemos aceptar esa realidad no podemos tomar decisiones para el autocuidado ni podemos empezar el duelo.

En este audio te voy a contar cómo me lo trabajo yo y cómo trabajamos esto en el laboratorio del amor que es mi escuela virtual.

A mí me ha ayudado mucho trabajar conmigo. Antes de cumplir los 30 años estuve cuatro años en una relación en la que me negaba a aceptar que mi pareja ya no me amaba. Era incapaz de admitirme a mí misma que después de siete años ya la relación había terminado. Cada vez que él venía a verme yo caía rendida en sus brazos. Él era como tú sabes el perro del hortelano que ni come ni deja comer. Pues así estaba yo. Todo el trabajo que había empezado para empezar el duelo y para olvidarle se derrumbaba por completo cuando él venía a verme y yo me sentía completamente atrapada en la cárcel del amor.

Fijaos hasta qué punto que yo deseaba que apareciese una chica extraordinaria y él se enamorara de ella perdidamente y me dejara en paz. También fantaseaba con la posibilidad de que viniera a rescatarme otro príncipe azul y me enamorara y me salvara. Y bueno estuve mucho tiempo en guerra contra mí misma porque me dolía muchísimo verme así. Me veía como una princesa esperando en el castillo que llegara su amor pero me negaba a aceptar lo que estaba ocurriendo.

Yo pensaba que él se rendiría algún día y se daría cuenta algún día de que el amor de su vida era yo y pensaba que vendría a buscarme y a pedir perdón por todo lo que había sufrido y por el tiempo que había estado esperándole. Sólo cuando empecé a trabajar conmigo pude aceptar que estaba metida en una batalla que no iba a ganar jamás. La batalla consistía en hacerle ver que yo tenía razón y que yo era el amor de su vida. Él no me quería pero yo estaba convencida de que sí. Pensaba fijaros que él tenía miedo del amor que sentía por mí y que en algún momento pasaría algo y que él dejaría de tener miedo y caería de nuevo a mis pies.

Entonces me puse a trabajar con la humildad y con ella me di cuenta de que sufrir no tiene recompensa y que yo en realidad no tengo poder para cambiar a nadie. Es decir, mi poder es limitado y el poder del amor también es limitado. Me di cuenta de que tenía que cuidarme y ser responsable porque estar en esa relación era una manera de hacerme daño a mí misma.

¿Y por qué? Bueno pues es muy complejo pero yo creo que muchas mujeres utilizamos a los hombres para destruirnos y para hacernos daño a nosotras mismas. Sobre todo cuando no queremos aceptar que la otra persona nos siente lo mismo que nosotras y no nos está tratando bien. A mí la humildad me ayudó a aceptar la realidad. Él quería un tipo de relación que yo no quería. Él tenía unas necesidades y deseos que eran diferentes de los míos. Él quería una no relación y yo pues quería otra cosa. No hay nada más duro que ser realista y aceptarlo aunque no te guste. Lo que ocurre si no lo admites es que te crees que el amor es una guerra que puedes ganar y entonces puedes pasar muchísimos años batallando y perdiendo tu tiempo, tu energía.