iVoox
iVoox Podcast & radio
Download app for free
By Jose Brage Meditaciones diarias
1832. Se caían de sueño, pero se espabilaron (NUEVA)

1832. Se caían de sueño, pero se espabilaron (NUEVA)

3/16/2025 · 22:08
0
8.3k
0
8.3k
Support

Description of 1832. Se caían de sueño, pero se espabilaron (NUEVA)

Meditación en el II Domingo de Cuaresma (C). En el Evangelio de hoy, Jesús se transfigura ante Pedro, Santiago y Juan, pero ellos se caían de sueño. A veces en nuestra oración hay sueños, distracciones, sequedad, pereza espiritual, acedía. Ojalá que, como los apóstoles, sepamos espabilarnos.

¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/874295

Read the 1832. Se caían de sueño, pero se espabilaron (NUEVA) podcast

This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.

Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes, te adoro con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí.

Una de las prácticas penitenciales de cuaresma es la oración y el Evangelio nos presenta hoy, en este segundo domingo de cuaresma, precisamente el pasaje de la transfiguración, que es, como nos recordaba el Papa Benedicto XVI, un acontecimiento de oración. Así se nos dice expresamente en el Evangelio de Lucas. En aquel tiempo Jesús tomó a Pedro y a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar.

Para eso suben al monte, el monte de la oración, que siempre es tan alto. No sé si has estado alguna vez en el monte Tabor, allí en Tierra Santa, es un monte que se ve desde bastante distancia, aunque no es muy alto, pero está en una gran llanura. Y arriba, pues ahora mismo hay una basílica, que es la basílica de la transfiguración, pero hay los restos de tres pequeñas iglesias con subconventos, donde los monjes pasaban permanentemente las 24 horas por turnos en oración. En ese sitio en que se subió el Señor con sus discípulos más predilectos a hacer oración, aquellos monjes del siglo VII y VIII procuraban permanecer en oración constante. Sigue el Evangelio diciendo que mientras oraba el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor.

Verdaderamente, Señor, la oración nos transfigura, nos saca nuestros mejores brillos, nos transforma, nos cambia poderosamente. De repente, dos hombres conversaban con él, eran Moisés y Elías, que aparecieron con gloria.

Moisés representa la ley y Elías los profetas. Y es, en definitiva, Moisés y Elías una buena síntesis de la Biblia, de la Sagrada Escritura. En la oración siempre hay un diálogo con la Sagrada Escritura, siempre hay un escuchar la palabra de Dios. Entonces, estos tres, con todo el respeto, nuestro señor Moisés y Elías, hablaban de su éxodo, del éxodo de Jesucristo, que él iba a consumar en Jerusalén. Entonces, viene la frase en que me quería fijar en esta meditación. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

O sea, a veces, en momentos tan sublimes como la oración, nos puede ocurrir lo que a Pedro y a sus compañeros, que nos caigamos de sueño, o nos aburramos, o nos distraigamos, señor, y no seamos capaces de centrar la cabeza. O puede ocurrir que nos encontremos secos y que no sepamos qué decir, o que caigamos en cierta pereza espiritual o interior, o en aquel pecado de lo que explicaban tanto los padres del desierto, la cedia espiritual. Señor, verdaderamente son muchos los peligros para un alma de oración y, verdaderamente, la oración es un combate.

Hay muchísimas dificultades y ojalá nosotros, como los apóstoles, sepamos espabilarnos, a pesar de caernos de sueño o de la dificultad que se trate. Luchar decididamente contra los enemigos de la oración y así, una vez despiertos, poder contemplar tu gloria. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria. El primer sueño del que hemos de espabilarnos, la primera dificultad que hemos de superar, es la de pensar que no tenemos tiempo para rezar. Pero si Dios es lo primero, ¿cómo no vamos a tener tiempo para lo primero de nuestra vida?

Comments of 1832. Se caían de sueño, pero se espabilaron (NUEVA)
This program does not allow comments.