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By Jose Brage Meditaciones diarias
1834. Dicen pero no hacen

1834. Dicen pero no hacen

3/18/2025 · 21:38
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Description of 1834. Dicen pero no hacen

Meditación en el martes de la II semana de cuaresma. Aprovechando el Evangelio del día, en el que Jesús nos previene del peligro de caer en la hipocresía de los fariseos —«no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen», nos advierte—, meditamos sobre la limosna, tan propia de cuaresma.

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Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, Ángel de mi guarda, intercede por mí.

Dice el Evangelio de hoy que en aquel tiempo Jesús habló a la gente y a los discípulos diciendo, en la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced y cumplid todo lo que os digan, pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen pero no hacen. Es como una queja del Señor. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente. Alargan las filacterias y agrandan las hordas del manto. Les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas. Que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabí. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar rabí, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis Padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

Naturalmente, esto no se opone, ¿verdad? Que llamemos Padre a nuestro padre o al sacerdote o a tantas personas, ¿no? El Santo Padre, por ejemplo, ¿no? Nos llevaría largo explicar qué es lo que quiere decir el Señor aquí, pero en fin. No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías. Pues lo mismo, podemos llamar maestro a gente, ¿no? Lo que quiere decir es que verdaderamente, Padre, Padre, Maestro, Maestro, pues es Dios. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

Hay en este Evangelio, Señor, una frase que está como cargada de tristeza, ¿no? Dicen, pero no hacen. No hagáis como ellos, porque ponen peso en los demás, pero no ayudan. No mueven ni un dedo. Solo buscan aparentar el prestigio y la fama. No les importa la gente. Si ayudan a alguien es para hacerse la foto, como tantos políticos a veces.

Esta es la descripción terrible de los fariseos que tú haces, Señor. Esos hombres expertos en la ley, pero que no agradan tu corazón porque les falta una cualidad básica, el darse a los demás, el amor a la gente, el sentimiento de igualdad y hermandad con ellos, el deseo de ayudar a quien lo necesite, el poner su vida al servicio de los demás y no a la suya propia.

A medida que voy leyendo esto, Señor, la verdad es que me viene a la memoria, me viene a la cabeza que esta descripción de los fariseos, pues es muy parecida a la de los políticos corruptos, a la de los malos políticos. En cambio, un buen político debería ser, pues, una persona que se da a los demás, que ama a la gente, que se considera uno más entre ellos, que ayuda a quien lo necesite, que pone su vida al servicio de los demás, no al suyo propio.

Pero, en fin, el Señor se queja de esta actitud de los fariseos. Y luego nos dices a todos nosotros, vosotros, en cambio, todos sois hermanos, uno es vuestro padre, uno es vuestro maestro. No hay posición de superioridad entre vosotros. Ayudaos unos a otros con humildad, porque todos sois iguales, todos sois hermanos. Estamos en la segunda semana de esta cuaresma, de ese tres por uno que es la cuaresma, ¿no? Ayuno, limosna y oración.

El martes pasado vimos la oración, por ejemplo, a través del Padre Nuestro.

Luego hemos hablado también, pues, del ayuno, de la mortificación, hemos hablado de la contricción. Hoy vamos a hablar un poco de la limosna.

La limosna es, en una definición sencilla, sin pretensiones de saustividad, ayuno.

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