1847. El sentir como guía de vida

Muy buenos días. Mira, yo creo que hay dos cosas importantes. La primera es lo que sientes. Lo que sientes es lo que dirige tu vida. Si estás en una situación que parece positiva, pero te sientes mal, ya está. Lo que sientes rige tu vida. Es que rige nuestra vida lo que sentimos.

Queremos, no sé, ser racionales porque lo de sentir, pues ya nos dijeron que era debilidad y toda esta cosa hasta que le volvamos a dar una mínima importancia al sentir, pero al final es que la vida no es lo que piensas. Yo pienso que mi vida es muy bonita porque tengo un coche muy grande y porque he conseguido no sé qué, pero me siento mal. O al revés.

Mi vida es austera, pero me siento muy bien. Pero pienso que mi vida es demasiado austera. Es que, no sé, llevo la misma camisa desde hace varios años. O yo qué sé, lo que se te ocurra. Nadie me valora por lo que tengo, pero sin embargo me siento muy bien. En estos dos ejemplos contrapuestos, ¿cuál es la realidad? Pues es que lo que sientas, lo que sientes manda.

La segunda cosa que te mencionaba al principio es lo que haces. Una es lo que sientes y otra es lo que haces. Te decía que esas dos cosas, sentir y hacer, son muy determinantes, muy determinantes.

Una de las cosas que se suele, bueno, no sé si criticar, pero cuando se habla de autoconocimiento, pues parece que es prescindible el autoconocimiento en su generalidad. Por eso, porque al final lo que nos importa es las cosas prácticas de la vida y cómo aplicar a mi vida cosas prácticas que me ayuden. Esa es una idea generalizada, como si el autoconocimiento no fuese práctico. Entenderse a uno y entender cómo funciona no fuese práctico. Pues fíjate estas dos cuestiones qué prácticas y qué directas son.

El sentir y el hacer. ¿Yo me siento bien con algo o me siento mal con algo? O ni lo uno ni lo otro. Siento neutralidad, no siento nada. Y eso es pura información. Yo diría que si me siento bien es un hilo del que tirar. Siempre me refiero a sentirse bien, no a un subidón. Me refiero a una manera de estar en la vida que de manera consistente tú ves que te hace sentir bien. Por ejemplo, me pongo yo de ejemplo estos audios. Estos audios a mí me hacen sentir muy bien.

Me siento muy bien haciéndolos, me siento muy bien cuando los he hecho, lo disfruto mucho, me lo paso bien. Y podría haber pensamientos sociales sobre esto de oye pero cuánta gente te escucha, oye pues no tienes una gran audiencia. Pues claro, es que yo qué voy a decir. ¿A mí qué más me da? En el mejor sentido. Yo preferiría que mucha gente me escuchase y que mucha gente dijese o esto me es muy inútil. Pues sí. Pero o con el dinero.

Ojo, es que el dinero pues mira es que no pues tampoco ganas mucho haciendo esto. Ya pero independientemente luego cuestiones de oye cómo vivir y tal. ¿A mí qué más me da? Si realmente esto me hace sentir bien o sea siento que quiero hacerlo. Tiene sentido para mí. Y yo lo sé y las personas en algún momento me han dicho pero haz el curso, haz no sé qué. Ya pero es que eso ya no me apetece hacerlo. A mí me apetece hacer esto ya pero es que esto no tiene el retorno que tú... Pues pues nada pues es lo que es.

Pero me siento bien y yo en la vida lo que quiero sentirme bien y un poco ahí es donde voy. Cada persona es un mundo. Tú no tienes por qué estar haciendo algo que te haga sentir bien no sé qué de la misma manera que yo. Es que no no te estoy hablando de eso. Te estoy diciendo que el sentir y que lo compruebes al final manda independientemente de las circunstancias. Porque no