1973. Un pacto para entregarnos a la vida

Muy buenos días. Para empezar esta semana te querría comentar unas palabras que leí en un libro sobre meditación que decía cuando nos deshacemos del esfuerzo y de la disciplina descubrimos lo que ocurre en nuestra conciencia. Entonces surge en nosotros una vitalidad. Es casi como si por el mero hecho de deshacernos del esfuerzo y del control se nos encendiera una luz adentro.

Y esto dista bastante de lo que nos han enseñado a la mayoría. Nos han enseñado que debemos aprender a controlarnos y disciplinarnos. Y esto es justo lo contrario. Entrar en el estado natural humano es deshacerte del control y del esfuerzo. Esta propuesta no va de que los demás controlen tu vida y tampoco va de que controlemos nuestra vida nosotros.

No va de que la controlen los demás y no va de que la controlemos nosotros. Pues siempre me ha intrigado mucho ese pacto que tiene que hacer todo ser humano con la madre naturaleza, con la vida. Llegas a un acuerdo con la vida y tú a la vida le dices mira yo me entrego. Ya no controlo. Abandono el control. Yo me entrego a ti. Y me olvido de mis deseos y te voy a seguir a ti.

Esto que parece, no sé, un poco con cierta tendencia a lo místico no tiene nada de místico. Esto es bastante biológico. Es lo que ha hecho el ser humano toda la vida antes de pensar. Que es ver allí afuera que le ofrecía la vida, observar dónde estaba el hilo del que tirar, cuál era la opción más sencilla para sobrevivir y seguirlo.

Luego el ser humano llegó un momento en que empezó a pensar, mucho pensar sin control, y ahí llegamos a la conclusión de que nosotros podíamos generar una realidad al margen de la vida, de lo que dijese la vida, de lo que propusiese la vida. La vida te propone un desierto y yo construyo una montaña con nieve en el desierto porque lo dice la cultura.

Hemos llegado a esa conclusión. Y tienes que tener control para poder vivir bajo esa tensión.

Es que es una de las características, por ejemplo, te lo dije hace no mucho, de lo que piden ahora en los trabajos. Saber manejarse bajo estrés. La vida no me pide que viva bajo estrés. La vida me está diciendo, estrés no, que te mata. Y que la experiencia que tienes cuando vives bajo estrés es mala. Un estrés negativo. Esa tensión. La vida dice eso, la vida es lo que es. Y nuestra sociedad dice, no, tienes que aprender a vivir bajo el estrés.

Y entras en conflicto con la vida. Y ahí tienes que ejercer control sobre ti mismo para poder vivir así. Ese es un ejemplo de los otros muchos ejemplos que hay de lo que hemos creado los seres humanos en nuestra cultura que va en contra de la vida. El pacto con la vida es dejar lo social de lado y entregarte a lo que es la vida. Dices, es un salto, es un acto de fe tremendo. Es un despertar. ¿Por qué despierto y digo, claro, las leyes de la vida son estas? Esto es, siempre te pongo ejemplos de este tipo.

Es una pared que hay enfrente y si llegas a un pacto con la vida pasas por el hueco que hay en la pared. Si no pacto con la vida para seguir sus normas y ceñirme a sus normas, tiendo a seguir más normas sociales. Y entonces estoy todo el día dándome golpes con la pared. Y no paso al otro lado, no avanzo. Por eso hay seres humanos que llevan 60 años de adultos, desde los 20 a los 80, y siguen, tienen el cuerpo hecho polvo y siguen dándose con la pared.