198. De nuncio a nuncio

Hola, ¿qué tal estás? El Papa Francisco recibió la alta hospitalaria y regresó a su residencia en Santa Marta tras una larga estancia en el hospital, donde, como ya sabes, su vida ha estado en riesgo en varias ocasiones. Esa es la buena noticia que ocupa la portada de Vida Nueva esta semana. No obstante, el reportaje principal se dedica a otro tema que afecta específicamente a España.

Y es que, desde el pasado 22 de marzo, un día antes de que el pontífice abandonase el centro médico, Bernardito Auza dejó oficialmente de representar a la Santa Sede como nuncio de España y Andorra. En adelante ejercerá esa función ante la Unión Europea tras haber pasado cinco años como embajador aquí.

Siguiendo el análisis que hace Vida Nueva de esta etapa diplomática, vamos a destacar algunos puntos clave que podrían poner en entredicho su desempeño como representante directo del Papa en un territorio soberano. A lo largo del episodio, también nos vamos a acercar a otros momentos de la historia de la Iglesia que arrojarán luz al siempre complejo escenario de las relaciones diplomáticas. Acomódate que empezamos. Averigüemos en compañía mutua hasta dónde nos llevan los próximos 30 minutos.

Soy José Antonio y te doy la bienvenida al centésimo nonagésimo octavo episodio, el podcast de Vida Nueva. Aunque vamos a hablar sobre el ya ex-nuncio en España Bernardito Auza, he comenzado hablando sobre la salida de Francisco del hospital porque ambos hechos guardan cierta relación. Durante el último mes, no han faltado voces extremadamente críticas con el actual pontificado que han puesto en duda la capacidad para tomar decisiones del sucesor de Pedro debido a su crítico estado de salud. Varios medios de comunicación han llegado a hablar incluso de un gobierno en la sombra y de decisiones interesadas tomadas de forma apresurada. Una de ellas se refiere precisamente a la destitución del nuncio apostólico en España.

La comunicación oficial aparecía en los nombramientos y renuncias del Boletín Vaticano del 22 de marzo. Con un párrafo de 31 palabras se informaba de que Bernardito Auza había sido nombrado nuncio apostólico ante la Unión Europea, aunque de hecho la información crucial ocupa sólo 14 de ellas. 14 palabras que resultan suficientes para poner en marcha todo tipo de lucubraciones y análisis que dan como resultado felicitaciones, quejas, exaltaciones, señalamientos y hasta hipótesis sobre confabulaciones y planes secretos. Sea como fuere, la decisión de no renovar a Bernardito Auza como embajador de la Santa Sede ante España no fue tomada durante el tiempo hospitalario de Francisco. Ya desde antes de febrero hubo medios de comunicación analizando los posibles destinos del arzobispo filipino tras su paso por España.

Un paso, por cierto, marcado por el descontento del Vaticano. Las fuentes consultadas por Vida Nueva hablan en concreto de una decepción que comenzó ya en los inicios de su misión diplomática, por ejemplo a propósito de las ternas que iba enviando a Roma para los nombramientos episcopales. Las propuestas de Bernardito Auza han ido y venido varias veces entre el Vaticano y la nunciatura por los constantes rechazos papales a las mismas.

Una de las fuentes de Vida Nueva, cuyo nombre no es revelado, afirma lo siguiente.

«Todos tenían un perfil que poco tiene que ver con esos pastores con olor a oveja que ha definido el Papa Francisco. Una y otra vez ha presentado a sacerdotes con un marcado carácter ideológico y un currículo a imagen y semejanza de quien le ha susurrado al oído desde que aterrizó en Barajas y le acunó durante el confinamiento en la pandemia.

Precisamente porque los nombres enviados por el nuncio para las proposiciones episcopales no se ajustaban al modelo de iglesia promovido durante el pontificado de Francisco, se instituyó una comisión de ayuda para que éste pudiera acceder a una mayor lista de opciones con las que poder componer sus propuestas. En varios medios de comunicación de corte católico, esta comisión fue vista como un intento de control y menosprecio a las tareas de Bernardito al frente de la nunciatura, argumentando que lo que se persigue es el nombramiento de pastores sin formación teológica y afines a Francisco.