20 de abril 2025. Predicación Iglesia ACyM Providencia

El Evangelio de Juan tiene dos finales. Ya eso es extraño.

Vamos a hablar hoy del extraño final del Evangelio de Juan.

Y para hacerlo más extraño todavía, vamos a partir confesando eso, ¿no? Tiene dos finales. Uno está en el capítulo 20 y otro está en el capítulo 21.

Los especialistas piensan que la comunidad redactora del Evangelio, los Evangelios fueron redactados a lo largo de bastante tiempo, consideró que el primer final quedaba un poco inconcluso y quiso mejorarlo agregando un segundo final.

Nosotros vamos a detenernos, vamos a revisar estos dos finales, que son relatos posteriores a la resurrección de Jesucristo y vamos a extraer de ahí, con la ayuda del Señor, algunas reflexiones para nuestros tiempos.

Veamos el primer final. Miren ustedes en el capítulo 20, versículos 24 al 31.

Evangelio de Juan, capítulo 20, versículos 24 al 31.

Tomás, al que apodaban el gemelo y que era uno de los doce, no estaba con los discípulos cuando llegó Jesús.

Así que los otros discípulos le dijeron, hemos visto al Señor.

Grábense esa frase, hemos visto al Señor.

Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré, repuso Tomás.

Una semana más tarde, estaban los discípulos de nuevo en la casa y Tomás estaba con ellos.

Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y poniéndose en medio de ellos los saludó.

La paz sea con ustedes.

Luego dijo a Tomás, pon tu dedo aquí y mira mis manos, acerca tu mano y métela en mi costado y no seas incrédulo, sino hombre de fe.

Señor mío y Dios mío, exclamó Tomás.

Porque me has visto, has creído, le dijo Jesús.

Dichosos los que no han visto y sin embargo creen.

Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están registradas en este libro, pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y para que al creer en su nombre tengan vida.

Los especialistas dicen que acá termina la primera versión del Evangelio de Juan y cuando uno lo lee, efectivamente parece un final.

Pero rápidamente asoma, no sé si a ustedes, pero a mí por lo menos, la pregunta crítica, ¿no? ¿Cómo se les ocurre terminar el Evangelio con la historia de un incrédulo? Seguramente la comunidad temprana lo quiso corregir y agrega un segundo final.

Vamos a ver cómo resulta eso, pero quedémonos un ratito acá.

Esto está pasando un día domingo, como hoy, un poco más temprano, o la historia parte un poco más temprano, lo de Tomás es hacia la tarde.

Ese domingo temprano, María Magdalena va al sepulcro.

Han terminado un sábado.

Ayer en el grupo de hombres hablábamos de lo que significa ese sábado para nosotros.

El sábado santo es un sábado sin relatos en el Nuevo Testamento.

Debió ser un sábado lleno de incertidumbre.