200. Un solo Cristo para católicos y ortodoxos

¡Hola! ¿Qué tal estás? Hace varios episodios estuvimos hablando sobre la coincidencia temporal entre la Semana Santa y el Ramadán que se había producido en 2025. Hoy nos vamos a dedicar a otra coincidencia, la de la Semana Santa Católica y la Ortodoxa, y por tanto también la Pascua, que es algo que no ocurría desde 2014. Además, como ya sabes, este año es el aniversario número 1700 del Concilio de Nicea, donde se estableció la fórmula del credo y también la fecha para la celebración de la Pascua. Todo ello se enmarca en el ámbito de influencia del jubileo de la esperanza.

Tal vez nos encontremos en el momento propicio para profundizar en el diálogo interreligioso y para trabajar activa y definitivamente por la unidad de los cristianos. Durante los próximos 30 minutos nos asomaremos a algunos de los testimonios que recoge Vida Nueva sobre experiencias de convivencia mutua entre católicos y ortodoxos, así como también exploraremos elementos que facilitan y dificultan dicha convivencia. La coincidencia de la Semana Santa en 2025 podría sentar un hito en el camino de la reunificación y facilitar el diálogo. O, al contrario, poner de relieve una serie de diferencias irreconciliables que lleven a perpetuar la separación.

Quédate conmigo para ver a qué conclusión llegamos. Soy José Antonio y te doy la bienvenida al ducentésimo episodio, el podcast de Vida Nueva.

Hemos alcanzado el episodio número 200, un umbral interesante. Durante todas estas semanas algunos oídos han llegado para quedarse y otros tantos se han marchado airados tras escuchar algo que les incomodaba. Hemos recibido palabras tanto amables como hirientes. Si eres persona habitual al otro lado del micrófono te doy las gracias por acompañarme este ratito. Y si es la primera vez que te pasas por aquí, abróchate el cinturón porque algunas veces nos movemos por terrenos con baches. Veamos si hoy es uno de esos días.

El primer concilio ecuménico de la historia cristiana es el de Nicea en el año 325. En ese momento la Cruz de Oriente y la de Occidente caminaban más o menos al unísono. Y así siguió hasta que en el año 1054 se produjo el gran cisma que dividió en dos a los bautizados de todo el mundo. En la Iglesia Católica decimos que en ese momento nació la Iglesia Ortodoxa. Su perspectiva, no obstante, es que la Iglesia Católica apareció en ese preciso instante. Durante los siguientes mil años, toda producción intelectual que sostuviera la separación se habría de basar necesariamente en esa distancia establecida entre el ellos y el nosotros.

Los ortodoxos debían regresar a la catolicidad y los católicos debían regresar a la ortodoxia. El Cristo de la Cruz y la Resurrección, no obstante, ha seguido siendo el mismo durante todo este tiempo. Ambas iglesias rezamos el mismo credo desde ese concilio del año 325. Incluida la frase que dice, creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica. Así que ya ves, la fórmula del credo también nos obliga y nos empuja necesariamente hacia la reunificación. Y eso está unido indisociablemente a un diálogo teológico de alto nivel que la mayoría de personas bautizadas no podemos mantener.

Sin embargo, tal como se lee en el capítulo 11 del Evangelio de Mateo, es posible que algunas de las respuestas a los grandes cuestionamientos en materia dogmática hayan sido reveladas a la gente sencilla y no a los sabios y eruditos. Vida Nueva se ha desplazado hasta el municipio de Villarejo de Salvanés perteneciente a la diócesis de Alcalá de Henares. Cuenta con una proporción elevada de habitantes que forman parte de la Iglesia Ortodoxa Rumana.

Hasta que su templo no fue fundado hace trece años, la feligresía acudía a celebrar la Eucaristía en la parroquia católica de San Andrés Apóstol del mismo municipio. Y a día de hoy, aunque cada confesión tiene su propio tema,