22-06-2025 Llegar a todos - 10 Minutos con Jesús

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes, te adoro con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato oración. Madre mía inmaculada, San José mi padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí.

Hoy el mundo se viste de fiesta para sacarte a ti Jesús, para contemplarte en las calles, para pasear contigo. Eres el ciudadano número uno. Hoy paseas por las calles, por los barrios, te detienes con la gente y hoy en esta procesión del corpus que en tantos lugares presididas por los obispos, tus pastores, pues alegran a los niños y a los mayores, alegran a todo el mundo. Y esa alegría se viste de fiesta y tenemos muchos altares y preparamos altares en los pueblos, en las calles, la gente le encalana a las terrazas y te lanzan flores.

Señor, es como la fiesta de Jesús, que paseas, que caminas, que disfrutas estando con la gente. Esta fiesta tan antigua, que fue una idea maravillosa, producto de la fe, claro, pues ha arraigado en tantos pueblos y tantos lugares. En mi parroquia, en una peluquería, querían poner un altar, insistían que irán por un altar cuando pase el Señor para saludar a Jesús y querían hacerlo con toda belleza. Fíjate que fe, la fe de la gente que quiere que pase por su tienda, por su lugar de trabajo y que tú Jesús pues les bendigas, que les bendigas a todos. Y es que es una bendición tu presencia, Señor.

Yo recuerdo en un campamento de niños, un compañero sacerote, que por cierto es uno de los ignotos y seguirá siendo ignoto, no diré su nombre, pero había preparado como una de las actividades de los niños, preparar altares y hacían una fiesta del corpus por el campamento, precioso, lleno de colores y de dibujos que le habían preparado y fíjate cómo convertía en una diversión algo tan lleno de fe y eso arraigaba en los niños. Bueno, de muchas maneras Jesús te gusta alegrar a la gente, te gusta que todos estemos junto a ti, cerca de ti y tú cerca de nosotros, de cada uno de nosotros.

Y así Jesús te gusta estar con todos, se nota que te gusta llegar a todos, te gusta bendecir a todos. Recuerda que aquel niño, que su madre me había enseñado el vídeo como en la playa, en el levante, llena de gente, pues él desde la habitación de su hotel pues había preparado una especie de custodia invitando a las custodias de las parroquias, lo había hecho de juguete y entonces salía a la terraza y veía toda la playa llena de gente y se ponía a dar la bendición a la gente de la playa, como si fuera un pequeño sacerdote.

Bueno, pues era un juego, pero un juego de fe, un juego de fe y seguro el Señor, que a ti te encanta, pues habéis bendecido a través de ese niño a toda esa gente que estaba ahí tomando el sol, allí charrándose o baiándose un ratito, pues sin darse cuenta estaban siendo bendecidos por ti a través de este niño. Bueno Señor, que te gusta estar con nosotros.

Y hoy en el Evangelio que nos propone la Iglesia es el de la multiplicación de los panes y los peces, para ilustrar esta fiesta de la fe, que es el Corpus Christi y en la que tantísima gente, 5.000 personas estaban ahí escuchándote, era ya muy tarde, había que marcharse y los apóstoles, con buen criterio, con lógica humana, te piden Jesús, oye mira, despídeles, ya hemos hablado mucho, aquí se ha hablado de todo, ha aprendido, pero tienen que comer, tienen que irse a casa y ya es muy tarde, ¿no? y esa era la lógica humana, despídeles, pero tu lógica divina, Jesús, es distinta, y no, no, no, dadles vosotros de comer.

Aquello fue, claro, un poco un reto inmenso y ellos decían, cómo vamos a comer, incluso soltaban casi un chiste, una broma, ¿no? tenemos que ir a comprar pan ahora para 5.000, como no había grandes supermercados entonces era una broma, ¿no? porque no podían más comprar que, como mucho, además 10 panes o 15, poco más, ¿no? sin embargo, tú vas en serio Jesús, vas en serio, que se sienten y a ver qué hacemos aquí, ¿no? y ahí se produjo la multiplicación de los panes y los peces que tenían ahí, 5 panes y 2 peces, y comieron hasta saciarse y recogieron 12 cestos llenos.