#22🦇LA MALDICIÓN DE LOS VON CARSTEIN🦇 - Visitante nocturno -Warhammer Fantasy [Sistema Black Sword Hack]

Lo último que veíamos en la sesión anterior es como ese gran demonio, esa enorme ave de dos cabezas, Kairos Tegedestinos, depositaba esa vieja moneda en manos de Zadok y chasqueaba los dedos, llenando de nuevo todo el pueblo con esa bruma azulada y cuando esto empezaba a disiparse nuestros protagonistas ya no estaban allí, sino en una colina, una colina llena de árboles, árboles muertos, árboles con el tronco negruzco y astillado, sin hojas, pero muy juntos, un sitio que al menos de momento parecía darles cobertura. Quizá este Kairos sepa muy bien qué es lo que queréis hacer o hacia dónde vais.

Y desde allí, desde esa zona elevada, vislumbrabais bajando por ese valle justo al lado del río, ese edificio con esa gran cúpula a modo de mausoleo, esa gran cúpula roja que casi podríamos decir que emite un brillo en la lijanía como si no sólo captase vuestra atención sino como os llamase y algo debe estar pasando porque ese brillo rojo se mezcla con un brillo verde en el cielo. Esa gran capa de nubes que había conjurado Manfred para ocultar Sirvania de los rayos del sol se ha disipado en parte, lo justo para que podáis ver sobre vuestras cabezas y sobre la abadía esa luna verde, esa a la que llaman Morslieff, también conocida como la luna del caos.

Posiblemente la estancia de Kairos aquí haya desvirtuado un poco el plan de Manfred y como por arte de magia, magia al fin y al cabo en el mundo de Warhammer, aparecéis en ese bosque, veis vuestro objetivo, tendríais que descender la colina y atravesar el valle.

Toda la zona de atrás de esta abadía, la zona este está llena de montañas, al principio son cordilleras más bajas que luego empiezan a elevarse y se acabarán perdiendo en esos Karaks, que puede que hayáis oído hablar de alguno de ellos, esas fortalezas enanas, pero eso aún está muy lejos de aquí, así que en ese bosque os encontráis, podéis ir hacia esa abadía, podéis tomar dirección sur hacia el castillo Drakenhof, porque ya sabéis de sobra que ahí es donde Manfred os está esperando, ahí es donde están los prisioneros que habéis venido a buscar, o podéis tomaros un respiro en este bosque, mientras nada o nadie parece observaros vuestra escena.

Me quito el yelmo y lo sostengo con la mano izquierda, mirando hacia esa construcción y respiro, tengo la cara algo desencajada por los últimos acontecimientos.

Greya, ¿estudiaste algo en el convento acerca de la abadía roja? ¿te enseñó algo la matriarca sobre ese lugar?