231. De criminóloga a chef vegano. Con Miriam Fabá.

Es para tenerlo… Claro que sí. Te recordaremos, te avisamos. 14 de junio. ¿Flipas o qué? O sea, en el futuro. Porque tú oye, es que estoy haciendo… Vamos a hacer jefas… Por cierto, aviso, jefas. Aviso a navegantas. Voy a hacer una pausa en julio y en agosto.

Entonces estoy haciendo muchos podcasts con antelación para tener mi neverita bien preparada.

Aunque tú y yo hoy estamos en el pasado. Porque jefa, para ti es 14 de junio. O, o, porque aquí cada uno oye el podcast cuando le da la gana. Pero es que aquí nosotras estamos en 4 de abril. A mí organizada y productiva no me gana nadie. Mis compañeros podcasters dicen, hija mía, ¿pero qué nevera tienes tú? Tú tienes un congelador. Así que hola, muy buenas y bienvenidos, bienvenidas, bienvenides a Jefa de tu Vida, el podcast de Charuca. Te habla Charo Vargas y ya sabes que en este podcast, además de pasarlo bien, te damos recursos e inspiración para que te conviertas en la jefa de tu vida. Hoy tengo en mi cocina a Miriam Faba.

Ella creía que iba para criminóloga, pero parece que la vida tenía unos planes muy diferentes para Miriam. Ahora es una apasionada de la cocina saludable y también del deporte y ayuda a personas a mejorar su salud mediante una alimentación vegana y rutinas de ejercicio que a veces no pasan los 20 minutos. Así que bienvenida, Miriam.

Me encanta tenerte aquí porque nos vas a enseñar a las jefas cómo podemos cuidarnos y estar más gustosas y estar más rumbosas gracias al ejercicio. Y en tu caso, tú nos vas a recomendar la alimentación vegana. Así que, Miriam, bienvenidísima a la cocina de las jefas y preséntate, por favor, para quien no te conozca.

Muchas gracias, Charo. Efectivamente, soy Miriam Faba y hace 11 años ya que creé Veganeando, que es mi proyecto, mi negocio también, con el que difundo esta alimentación 100% vegetal que va asociada a lo que es el veganismo, que es un posicionamiento ético, político incluso, también social, y que para algunas personas también es como filosofía de vida, que realmente consiste en dejar a un lado todo lo que sea el uso, abuso, consumo, maltrato, explotación y también muerte de los animales en todos los ámbitos de la vida.

Y a ver, a ver, que tú querías que ibas para criminóloga. O sea, tú querías acabar con el crimen de lo que fuera, de los animalitos, de las personas. Tú ya sabías para dónde ibas, aunque luego el plan te enseñó que ibas más hacia el veganismo. ¿Cómo fue esto de que querías ser criminóloga? Pues sobre todo el entender, buscaba entender por qué las injusticias que se dan, por qué hay esta maldad en la gente.

Buscaba como entender un poco esto y acercarme a las personas que ocasionan dolor y sufrimiento, incluso muerte, a otras personas. Y de ahí fue que estudié criminología, estuve haciendo prácticas en un centro penitenciario incluso y empecé a preparar las oposiciones. Porque a día de hoy en otros países, igual está un poco más reconocida, pero aquí como profesión tal cual no existe. Tienes que ser en un ambiente privado o trabajando en servicio público, policía, funcionarios de prisiones, etcétera.

Entonces, mientras estaba estudiando, yo ya era vegetariana en ese momento y siempre me había gustado mucho cocinar. Soy la típica niña que de pequeña, con tres años, mi madre siempre lo cuenta, iba por la cocina con la mano que no veía nada en el mármol y con lo que cogía me lo comía. Y un día me comí un ajo crudo y entonces mi madre me dio un plan ¿qué haces con estas caras? Y entonces fue cuando me lo quitó y me dijo te estás comiendo un ajo crudo. Entonces como que se me ha sido muy curiosa y siempre he estado con las yayas en la cocina a ver qué estaban haciendo y tal. Pero como que desde siempre no acababa de encajarme alguna cosa, pero no sabía exactamente lo que era.

Vale, o sea, tú estabas de criminóloga en plan hay algo que no me encaja.

Sí.

¿Y ya eras vegetariana? Claro, el tema fue que mientras estaba estudiando la oposición, en ese momento vivía en Madrid y hubo un día súper clave, que eso lo cuento en mi libro porque es que es súper clave, con la pareja que tenía ese momento, él estaba trabajando fuera y tal, y cuando llegó a casa estaba con los libros de oposición y en medio había una revista de cocina.

Y entonces claro, me pilló desprevenidísima y me dice ¿qué estás haciendo Miriam? ¿Qué estás haciendo? ¿No estás estudiando? Y digo no. Entonces me dijo, igual tienes que hacer un planteamiento, ¿no? Porque una oposición es algo muy duro, pues que tienes que estudiar muchísimo, tienes que hacer también un ejercicio.