256. HORMONAS 10: HIPOTÁLAMO e HIPÓFISIS: Sin este dúo… tu cuerpo se apaga, fácil y con ciencia

Bienvenidos a la serie Todo sobre tus hormonas. Hoy vamos con el capítulo número 10, el hipotálamo y la hipófisis.

Esa jefatura hormonal que tanto te he hablado o ese dúo dinámico que va a orquestar tu fisiología.

Realmente odio los libros, los vídeos, los textos, los podcasts repetitivos, pero creo que en fisiología y en bioquímica a veces hay que recordar conceptos y repetir metáforas para que se anclen realmente ciertos conceptos. Sé que a veces soy muy pesado y que muchas veces digo que te imagines a tu cuerpo como una gran orquesta sinfónica.

Sí, sé que soy pesado, pero es que necesito que sepas que es imprescindible y que lo entiendas así, ya que cada instrumento, las glándulas, tocan una melodía hormonal distinta. Algunas aceleran, otras frenan, otras estimulan el crecimiento, otras regulan tu sueño y otras tantas controlan tu hambre o tu termostato interno.

Bien, para que la melodía tenga sentido y en ese ruido hace falta una batuta, una dirección inteligente y coordinada, y ese papel lo desempeñan dos estructuras pequeñas pero gigantes en influencia. Pequeñas en tamaño, pero en la relevancia, en la importancia, son infinitas, y obviamente son el hipotálamo y la hipófisis.

Vamos por partes. ¿Dónde están y qué hacen? Bien, pues ambas se encuentran en la base del cerebro, justo encima del tronco encefálico.

Esto realmente es lo de menos. No es que no importe, pero para lo que a ti y a mí nos importa ahora mismo es simplemente cultura anatómica. Y aunque ese tamaño reducido, su capacidad de mando es brutal, descomunal, y ya te he explicado un par de veces su importancia, pero es que necesito que lo entiendas porque te vas a enamorar y vas a saber qué poder hacer en un futuro y así lo vas a valorar y vas a hacer conexiones.

El hipotálamo es, como te dije en el capítulo 9, es ese sensor central que lo percibe todo, temperatura, glucosa, sed, luz, emociones, estrés, señales del intestino, presencia de nutrientes, incluso olores. Es el gran integrador del sistema nervioso con el sistema endocrino hormonal. Bien, y la hipófisis, la jefa de planta o la pituitaria, es su aliada ejecutiva. Está conectada al hipotálamo a través del tallo hipofisiario y funciona como un central de mandos hormonal que traduce las órdenes del hipotálamo en liberación hormonal hacia el cuerpo.

Repito, el hipotálamo es el director, le va diciendo a la hipófisis lo que tiene que hacer y la hipófisis es la encargada de repartir estas órdenes por todo el organismo. Y tú podrías decir, profe, una pregunta. Entonces, si me lesiono, me rompo, me fastidio este hipotálamo, ¿qué pasa? ¿Puedo enfermar? ¿Puedo tener cáncer de hipotálamo? Esta es una gran pregunta y me gustan los alumnos así.

Mira, te intento contar muy al grano. En los años 30 y 40 se hicieron experimentos con gatos, con ratas y con monos y mostraban que lesiones en el hipotálamo podían eliminar por completo la sensación de hambre, de sed o incluso alterar el sueño y el comportamiento sexual. En el siglo XIX, el fisiólogo Isaac Ott y su colega John Banks hicieron experimentos con perros a los que les cortaban la médula espinal o parte del cerebro para estudiar los efectos sobre la temperatura corporal.

Hoy en día ese tipo de estudios obviamente tendrían sus críticas y no estuvieron exentos de ellas. Hoy en día intuimos que no podrían hacer tales cosas, pero fijaos qué importante es hacer este tipo de estudios que llegaron a descubrir que el centro que regula la temperatura estaba en el hipotálamo anterior, sentando las bases de la termorregulación moderna.

Gracias a ese trabajo con esos animales hoy en día podemos tener un acceso a la fisiología, a la bioquímica y a la endocrinología humana que nos facilita mucho las cosas. Cuando destruían esta región, estos fisiólogos, los animales quedaban incapaces de sudar, incapaces de jadear o incapaces de conservar el calor. Es decir, se les rompía el termostato interno. Tenemos que pensar que sudamos para sobrevivir. Si no pudiera sudar y esa función se nos rompiera, en la medida que hiciera un poquito más de calor y no pudiéramos evaporar esa temperatura, moriríamos por hipertermia.

Tenemos que pensar que en humanos las lesiones tumorales o traumáticas pueden generar síndromes graves como la diabetes insípida, hipotermia, hipotermia recordar que es la baja temperatura, cuando es crónica obviamente, obesidad severa o pérdida total del impulso sexual. El hipotálamo es opcional, es un regulador vital de tu existencia. Sin hipotálamo duraría minutos. De hecho, en los casos más extremos de daño hipotalámico, por tumores, por cirugía radical, el paciente entra en un estado casi vegetativo.