265.- Cuervos cuervos AAAAAGH!

Que cuéntame, ¿por qué te duele la garganta? No me duele, pero la tengo resentida.

Ayer, temprano, fuimos a ver a mi cuñada jugar Tochito.

Ok.

Y, pues, grité.

¿Estuvo emocionante? Mmm, no sé.

Eh, sí, sí, estuvo emocionante, porque hubo un desempate.

Oh, ok, ok.

Entonces, pues sí.

Pero, pues no sé, como que vi que los referees estaban como que marcando cualquier mamada.

Que ni me salen las reglas del Tochito.

Ok.

Y ya, acabando el primer tiempo, pues resultó que están jugando contra los organizadores del torneo.

Y que por eso, pues les estaban marcando.

Eran más estrictos.

Ya, ya, ya.

Y yo dije, ah, mira que huevos.

Entonces me paré, wey, y yo fui la porra.

No mames.

Y, pues, les estaba gritando, wey.

O sea, pues el campo es así, wey. O sea, ese es el parque, wey.

O sea, no hay restricciones.

Entonces yo estaba atrás de la defensiva y, pues, yo estaba gritando, wow, sí, huevos, no sé qué atrás de esos, wey.

No, no mames.

Y Diana me decía, ya gritándole en la oreja.

Y yo, pues, es colombiano.

Y yo creo que sí.

Bueno, yo dije, no, a lo mejor no me están escuchando.

Pero ya después me enteré de que sí están diciendo, ay, quién es el que está gritando.

Y ya, este, mi cuñada dijo, es mi cuñada.

Ah, qué buena onda tenemos, pobre.

Ay, qué chido.

Y ganaron.

Ganaron.

Es que es un cabo.

No entiendo cómo es el puntal, wey.

No sé a qué horas convierte en dos y a qué horas convierte en uno.

Si las horas son las mismas.

O sea, anotas y dices, voy por dos o voy por uno.

Pero entonces yo veo que pasan en uno.

O sea, no sé cuál es la complejidad, wey.

De hacer dos a uno.

Entonces no sabía, y luego estaban hasta el otro extremo.

No alcanzaba a ver si pasaban bien en la anotación o no.

Entonces no sabía qué pasa.

Y hasta que acabó, se estaban despidiendo.

Y los otros empezaron a decir, no, pues, si quedamos en empate debe haber un desempate, que no sé qué.

Pero los árbitros ya lo habían hecho.

Ya como, ajá, finalizado, ya se estaban despidiendo todos.

Y pues fueron, no sé, a una capilla ahí.

Y ya salieron, no, que sí, que debe haber tiempo sexy, no, pues que regresense.

Ajá, y ya pues empezaron a jugar, wey.

Y anotaban, y luego anotaban nosotros, y anotaban, y anotaban nosotros.

Luego dejaron de anotarlo ambos.

Pero lo malo es que se fueron a jugar hasta allá, wey.

Y no, pues yo teniéndolos aquí más cerca, pues no se puede haber gritado más, no más.

Pero pues ahí estaba yo.

Tampoco quería estar en empate.

Estaban gritando, no traen nada, no traen nada.

No sé qué.

No tienen defensa.

Ahí los tienen, están desesperados.

Y ganaron.

Y ya cuando ganaron, grité así.

¿Es equipo mixto? Es mixto.

Ay, una payasada.

Ah, pues sí, me acuerdo que la otra vez que comentaste con un señor.

No me acuerdo si te la quebró, no me acuerdo que hizo, que se molestaron mucho.

Casi un play-toy.

No me lo he acordado.

Sí, pues ya.

Pues como que se saludan, ¿no? Pues que el otro equipo ya que joda, que porque la saludamos muy fuerte.

No, tú si no es mamada.

Sí, yo creo que es mamada.

Pues nomás van así, wey.

Cucho, ya te saludas fuerte.

Mamada.

Pinches manos perdedoras.

Pero sí, traje la garganta.

Al principio creí que no, pero ya conformé, fue pasando el día.

Y ahí estaba el día.

Entonces valió verlo.

Pero grité mucho.

Es para verme metido en la cabeza de esos weyes.

Y que haya animado a los otros weyes también.

Pues quieras o no, siempre unas porras cambian mucho el mood de juego.

Yo digo que sí, ayudaste mucho a motivar.

Tengo que llevar un tampón.