27-04-2025 Cuatro regalos flipantes - 10 Minutos con Jesús

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes.

Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí. Pues alégrate porque Jesús ha resucitado y quería empezar estos 10 minutos con Jesús, acudiendo al Padre, a Dios Padre, y te pido Dios Padre que envíes el Espíritu Santo sobre tu iglesia en este momento que necesitamos tus bendiciones, que necesitamos tu amor en toda la iglesia para que todos los fieles cristianos de todo el orbe aceptemos con alegría el Papa que tú nos quieres enviar.

Y también te pido Jesús que el corazón de cada uno de los cardenales que tienen edad para poder elegir al Papa, pues Espíritu Santo, fuego de Dios, amor del Padre y del Hijo, aliento del Padre y del Hijo, te pido, te pedimos que empapes con tu sagrada unción los corazones de todos los cardenales, que también eso toques su lengua para que hablen solamente tus palabras, ni una más y ni una menos, también sus oídos, unge los oídos con tu santo crisma para que sepan escucharte.

Reblandece y ablanda sus corazones, hazlos dóciles, corazones dóciles como el barro, y al mismo tiempo llenos de fuego. Gracias, Espíritu Santo, por todo lo que haces en este mundo, por todas tus gracias. Gracias. Y bueno, pues vamos al Evangelio de hoy, directamente. Estamos celebrando la Pascua, y ya sabes que durante ocho días celebramos el Domingo de Resurrección como si fuera un solo día, y el Evangelio que se proclama en la misa en el día de hoy, es un acontecimiento que sucedió el mismo Domingo de Resurrección.

El Evangelio de San Juan, después de narrarnos la aparición a María Magdalena, justo después, nos dice lo siguiente. Al atardecer de aquel día, Domingo de Resurrección, que es el primero de la semana para los judíos, estando los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dice, bueno, quiero antes hacer una mini presentación, y es que Jesús resucitado nos está haciendo regalos continuamente. Si lees el Evangelio desde la perspectiva del don, del regalo, ves que las apariciones de Jesús son regalo y otro regalo, y hoy vamos a ver varios regalos que Jesús nos da. El primero es este.

El saludo entre los hebreos es Shalom Melehem, la paz con vosotros, que puede sonar como un hola, qué tal estás, que como hacemos en España, hola, qué tal, pues Jesús les dice hola, qué tal, es decir, la paz esté con vosotros, pero qué pasa, que justo después vuelve a saludarles por segunda vez, dice la paz esté con vosotros, y entonces lo que nos da la impresión es que más que un saludo así normal, realmente Jesús está diciendo, está haciendo lo que dice, está regalando su paz.

Fíjate que en ese mismo lugar, en el cenáculo donde se encuentran los apóstoles, cuatro días antes Jesús había dicho mi paz os dejo, mi paz os doy, la paz os dejo, mi paz os doy, la paz esté con vosotros, Shalom Melehem. ¿Te das cuenta? Jesús nos regala la paz. Es posible que tú estés ahora mismo en un momento de tormenta, ya sea exterior, por los acontecimientos que estás sufriendo, o interior, por lo que pasa dentro de tu psique, o en tu conciencia, que eres muy tentado. Shalom Melehem.

Jesús se acerca a ti, te mira a los ojos y te dice la paz esté contigo, la paz, mi paz te dejo, mi paz te doy, la paz esté contigo. Gracias Jesús por regalarme tu paz, que me permite afrontar los acontecimientos con un corazón nuevo, de otra manera. Bueno, pues continuamos y dice, y dicho esto, y aquí va directamente...