29- Las crónicas de Esther de Vicente García. Segunda parte. Capítulo 1

Las crónicas de Esther. Segunda parte. Revolución. Durante la infancia muchas veces se considera a los padres como modelos de comportamiento únicos y definitivos. En realidad la adolescencia es el momento en que empezamos a ver a nuestros padres como personas reales, no héroes, que tienen también sus fallos y sus limitaciones. Tal vez ver a los padres de esta manera nos ayude a dejarlos y a salir al mundo. Como dijo Mark Twain en una ocasión, cuando yo era un chico de 14 años, mi padre era tan ignorante que apenas podía soportar estar a su lado.

Pero cuando cumplí los 21 me quedé asombrado de todo lo que había aprendido el viejo en siete años. Tormenta cerebral. El poder y el propósito del cerebro adolescente. Daniel J. Segal. No temo a las elecciones. La gente votará como se le diga. La democracia en América. Alexis de Tocqueville 1805-1859. Capítulo 1. Alexa lo tenía claro desde algún tiempo. Debían regresar al domo cuanto antes. Y aquella fue una decisión que alegró especialmente a Thomas, algo cansado de vagabundear por el exterior.

Hacía tiempo que se había acostumbrado a deambular sin rumbo, a exponerse a la intemperie y a las aventuras que no dejaban de sucederse. Pero todo aquello no le daba un sentido a su vida. Le creaba un caos interior producto de la incertidumbre y la ausencia de una rutina mínima.

A él le gustaba que sus actos tuvieran consecuencias de mayor alcance y significaran algo más que ir solventando las situaciones que el destino les imponía en su camino. ¿Estás segura? preguntó Thomas cuando se lo escuchó decir por primera vez. Más que nunca. Tengo ganas de ver a Esther y a Jack y comprobar si han sido capaces de llevar a cabo su revolución.

¿Lo crees posible? No lo sé. Ambos son personas extraordinarias y juntos parecían imparables. ¿De haberla llevado a cabo, esa noticia se habría extendido por el mundo libre? No lo creo. Las comunicaciones entre las sociedades exteriores son casi inexistentes, reflexionó Alexa. ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión y querer regresar? se atrevió a preguntar Thomas.

No ha sido nada en concreto. Llevamos tres años en el exterior y tengo la sensación de que ya hemos cubierto esa etapa. Aún así, para variar hubiera estado bien que me consultaras. Uy, el señor se ha ofendido porque no le han pedido su opinión. Si al menos la tuvieras cuando te la pregunto, no sé de qué te quejas, bromeó Alexa. Viajar contigo se ha vuelto un completo aburrimiento. Estás todo el día surfeando por la internet esa y es como convivir con una pared. ¿Y tú que sólo te conectas para jugar? Además, se dice navegar, no surfear.

El mutado 270 asistía a la escena en silencio. No solía intervenir en las frecuentes discusiones que llevaban a cabo sus dos compañeros desde que decidió unirse a ellos en sus viajes por el exterior. Habían aprendido mucho juntos y se habían ayudado mutuamente en multitud de ocasiones, pero seguía sin entender muy bien la facilidad con la que solían discutir por tonterías y la vehemencia que mostraban por nimiedades.

Si Alexa había decidido regresar, sería por una buena razón.

A fin de cuentas...