293: La Ciencia del Deseo Femenino - 5 Minutos de Alfa Pueden Borrar 5 Años de Beta

Muy buenas compañeros, he trabajado con más de 700 hombres en los últimos 5 años y he visto como
la mayoría comete el mismo error sin darse cuenta, y es que se convierten en un hombre que ya olvida
fácilmente. Mientras que otros en muy poquito tiempo son capaces de dejar una huella imborrable
en la memoria de esa mujer para siempre. En este episodio te voy a explicar por qué 5 minutos de
alfa pueden borrar 5 años de beta y cómo funciona realmente el deseo femenino a nivel biológico y
evolutivo. Voy a enseñarte qué hace que un hombre sea inolvidable y qué lo condena al olvido para
siempre, para que tú puedas estar en el lado correcto. Así que empezamos. Muy buenas compañeros,
bienvenido a radio hombre alfa punto top, tu canal de podcast sobre seducción, dinámicas sociales y
red pill más completo de habla hispana. Bien, antes de empezar te recuerdo que voy a preparar
un bonus especial en formato minicurso para todos aquellos que entren en el curso de alfa
gram antes del domingo 16 de febrero. Decir, antes de mañana, domingo a las 23 59 euro madrid. Fecha
en la que por cierto también subirá el precio. Debajo tiene un link con la información del curso.
Y recuerda también que en breve voy a liarla bastante parda por la comunidad de email y te
va a interesar estar dentro. Entrar es gratis y te apuntas desde el link que hay debajo de este
podcast. Dicho esto, comenzamos. 5 minutos de alfa pueden borrar fácilmente 5 años de beta.
Esta es una de esas famosas frases de la comunidad red pill que se escuchan por ahí. Y para entender
por qué la huella de un hombre alfa es tan difícil de borrar en la memoria emocional de
una mujer, mientras que el hombre beta puede ser descartado sin remordimiento, tenemos que
analizar este fenómeno desde una perspectiva biológica y evolutiva. Y antes de eso, evidentemente,
tenemos que definir los términos alfa y beta. Alfa y beta en la red pill no deben entenderse
como categorías rígidas, sino como la forma en la que personificamos cada una de las dos
partes de la estrategia reproductiva femenina o hipergamia. Para esto es imprescindible recordar
que la estrategia reproductiva femenina busca optimizar dos cosas. Por un lado,
la reproducción con la mejor opción genética posible. Por otro lado, la mejor garantía de
recurso y aprovisionamiento posible. Por tanto, el alfa no es simplemente el chico malo o el
hombre atractivo con confianza, sino que es el hombre que en un momento determinado posee las
características que maximizan la excitación y el deseo de la mujer a nivel biológico. Es decir,
es aquel que optimizaría la primera parte de la hipergamia. Y por su parte, el beta,
en cambio, representa a ese hombre que maximiza la segunda parte de la estrategia reproductiva
femenina. Aquel que ofrece recursos y protección, pero que no necesariamente genera una respuesta
o ninguna respuesta instintiva de deseo visceral en la mujer. Desde una perspectiva evolutiva,
ese es el software base que las mujeres tienen programado después de millones de años de
evolución. Evidentemente, y por culpa de la sociedad en la que hoy vivimos, decir alfa y
beta queda como un poco infantil y ridículo, pero es la forma que tenemos de personificar o
el nombre que le hemos puesto a cada uno de los hombres que optimizaría, o digamos,
si tuviéramos que personificar en un hombre, ¿quién optimizaría cada una de los lados de la
hipergamia? Hemos puesto ese nombre como podríamos haberle puesto Pepito y Manolito. El cómo cada
mujer individualmente optimiza o equilibra cada una de las dos partes de su estrategia reproductiva
va a depender, obviamente, de varios factores externos que la llevarán a tomar las mejores
decisiones posibles para alcanzar ese objetivo de optimización. Y esto básicamente es lo que
configura la matriz de decisión de una mujer, siempre buscando la optimización de esa hipergamia,
es decir, todas las decisiones que toma en cuanto a lo que a hombres se refieren,
una mujer heterosexual, está motivado por este software que hay interno. Está motivado por cómo
puedo optimizar mejor esa estrategia. El problema aquí viene en que la mayoría de las veces la
optimización perfecta de su estrategia no la encuentra en el mismo hombre. Y muchas veces,
el hombre perfecto para la reproducción desde un punto de vista evolutivo no es tan fácil que
se quede con ella a largo plazo y viceversa. Esto es lo que genera una gran disonancia cognitiva
o conflicto interno en las mujeres que da lugar a otra serie de comportamientos como la betaización,
los tests o los dramas. En resumidas cuentas, y como ya hemos contado muchas otras veces en
otros episodios de podcast, es como si primero sienten atracción incontrolable por ese hombre
entre comillas alfa, después van a quejarse entre comillas de que ese alfa sea tan alfa,
al mismo tiempo que las atrae, también les supone una amenaza porque no tienen garantía de que ellas
puedan asegurarlo a largo plazo, entrando así en conflicto con la segunda regla de su hipergamia.
Y este quejarse de esa actitud tan alfa es precisamente el proceso de betaización del
que hablábamos en el episodio 108 de este podcast. Proceso en el que el 80% de los hombres caen,
dejando de ser ese alfa del que ella se atrajo al principio y pasando a ser esa beta que la