2x07.1 Arthur Harari en La Quimera (ES)

Estás a punto de entrar en La Quimera, un podcast para descubrir las tendencias del cine del presente.

En cada episodio, conversamos con destacados cineastas contemporáneos de la mano de Miquel Escudero.

La Quimera.

¿Entras? Bienvenidos a La Quimera, un lugar para conocer a los cineastas clave de este siglo.

Soy Miquel Escudero y hoy conversamos con Nachiu Gagari.

Artur Arari alcanzó la celebridad en 2023 como coguionista de la oscarizada Anatomía de una caída de Justine Triet, pero es también autor de dos largometrajes que, cada uno a su manera, ponen en cuestión las normas establecidas y la imposibilidad de conocernos a nosotros mismos del todo.

Como escritor de sus propias películas, es difícil encontrar a otro autor capaz de plantear relatos con escenarios tan dispares entre sí.

Solo así es posible explorar sus obsesiones desde diferentes lugares.

De afilada pluma y profundamente discreto tras la cámara, Arari contaba en Diamonds Noir una trágica historia familiar marcada por el deseo de venganza.

En Onoda, Diez mil noches en la jungla, estrenada en Cannes, sitúa el relato en el Japón de la Segunda Guerra Mundial para hablar del conflicto interior de un soldado, un interior en el que la guerra no termina jamás.

Hoy estamos con Nachiu Gagari, un cineasta inconformista que nos invita a reflexionar sobre la realidad que nos rodea.

Hola, Nachiu, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Hola. Bienvenido a La Quimera.

Gracias.

Es un placer estar aquí contigo.

Estamos hoy en Batisferre, en la productora, aquí en París.

Sí.

Y aprovechamos para darles las gracias por su recibimiento.

Muchas gracias para ellos.

Quería empezar con la primera pregunta y me gustaría preguntarte si recuerdas la primera vez que viste una película de pequeño, si recuerdas si la viste en el cine, si la viste en televisión.

El primer recuerdo que tengo de ver cine, por lo tanto, de una película...

Bueno, no sé si fue la primera película, pero sí es mi primer recuerdo.

Y es de haber ido a ver una película que se llama Piratas, de Roman Polanski.

Debía de tener cinco o seis años.

Estaba con mi hermano mayor y mis primas y nos perdimos el principio de la peli.

Cuando entramos ya había empezado y nos quedamos en la sala al final para volver a ver el principio.

Creo que eso antes se podía hacer.

No he vuelto a ver esta película, pero una escena me marcó.

Es la historia de unos piratas en un barco, un personaje se resbala con una mancha de mostaza y después cazan a una rata para comérsela.

Y eso me marcó mucho en su momento.

Son imágenes que se te quedan grabadas en la mente cuando eres pequeño.

Es como una película de aventuras cómicas, pero a mí me dejó una sensación como de algo sucio, comerse a una rata la mostaza y todo eso.

En fin, esos son los primeros recuerdos que tengo de una sala de cine.

Luego, claro, en esa época no sabía que no era una película de un director cualquiera, sino de Polanski.

¿Y tú te acuerdas de haber hablado de esto con tu hermano? ¿Te acuerdas de ese momento? No solo me acuerdo de lo que te conté.

Me acuerdo del momento concreto por la particularidad de perdernos el principio y quedarnos más tiempo al final.

Había también algo familiar, porque estaba con mi hermano mayor y mis primas.

Pero no recuerdo haber comentado nada.

Hace poco hablamos de este recuerdo con mi hermano, pero en su momento no, no me acuerdo.

¿Y recuerdas haber hablado con tu hermano mayor en aquel momento si había alguna película que tuvierais ganas de ver juntos o si hubierais visto alguna película que hubierais tenido ganas de volver a ver? Eso llegó un poco más tarde.

Yo debía de tener nueve años y él doce.

Teníamos una canguro que era un poco como una hermana mayor.

Estábamos muy unidos y seguimos muy unidos.

Hacíamos muchas cosas con ella, nos llevaba a muchas partes.

Y un día nos llevó a una retrospectiva de películas de la Warner Bros. que hicieron en el cine de Bowie.

Había una gran exposición.

Así fue como descubrimos los clásicos hollywoodienses y nos fascinaron.