2x16 -EL DE BOB D YLAN

Bienvenidos a Indie del 2000, tu programa pasadísimo de moda.

¡Vamos! Buenas, buenas, buenas, buenas, buenas, buenas noches, Barcelona.

Buenas noches, Sands, que es de donde estamos emitiendo.

Un día más desde aquí, desde la hora de Sands.

Bienvenidos, ahora sí, a Indie del 2000.

¡Qué rápido pasan las semanas! En fin, aquí estamos, otro jueves más, con ganas de hacer este programa, porque tengo que admitir que este programa ya digo que va a ser un poquito especial, un poquito homenaje, y ¿por qué no? Para mí también.

Porque traigo un personaje que pintó mis largas tardes, que se transformaban en noches de adolescencia.

Y lo hizo con la magia de la palabra.

Aprendí que se pueden pintar cuadros con palabras, hacer sentir con la voz, y que te hagan viajar a otros países a través de las frecuencias, de las ondas.

Estoy hablando, sí, de música.

Bueno, ahora sí, bienvenidos al programa pasadísimo de moda.

Soy Daniel Rivas, un proeta de 40 años que se cree moderno, y obviamente ya no lo es.

Pero en fin, que quiero que os sintáis como en el salón de vuestras casas, igual que yo estoy aquí.

Y por eso me voy a abrir esta cervecita, y voy a brindar con vosotros.

Y lo he dicho, hoy va a ser un programa emotivo, un programa de sentir, o al menos para mí, bueno, para mí seguramente.

O a lo mejor muchos de vosotros, porque os voy a traer un personaje muy bueno.

Y nada, es que lo he dicho, porque es un homenaje.

Es un homenaje y se tenía que hacer, ¿vale? Es el capítulo número 16, decimosexto, de la segunda temporada, y el título va a ser el de Bob Dylan.

Un premio Nobel de literatura para comenzar el programa, ¿eh? Casi nada.

En aquella época no había internet, y los cantautores, como he dicho antes, me acompañaron en gran parte de mi adolescencia.

Recuerdo traducir las letras de Bob Dylan, leerlas, volverlas a leer, intentar sacar los significados, flipar con las imágenes que me daba.

No sé, todo aquello lo absorbí en mi ser, ¿vale? En mi ADN.

Se fusionó, se influenció en mi alma de tal manera que lo tenía que traer aquí.

Normalmente aquí tenemos la norma, ¿no? De que tienen que traer un disco.

Comentamos un disco, ¿no? Sobre todo que solamente tenga un año.

Pero hemos hecho un poquito la excepción, y vamos a aprovechar a hablar de Dylan.

¿Por qué? Porque ha salido a la película hace nada, like a completo, no.

Y por ahí lo vamos a introducir porque me ha marcado.

Yo no escucho a Dylan ahora. Hace muchos años que no lo escucho.

Esta semana le me dio mucha caña, obviamente.

De hecho, desde que vi la película, que la vi con una gran amiga, desde aquí un saludo a Alexandra, desde que vi la película, estaba viendo la película y me vinieron todos aquellos recuerdos, todas aquellas nostalgias. Supongo que los que nos hacemos mayores, los que tenemos una edad, pues lo sentimos, ¿no? Y dije, joder, tío, realmente Bob se lo merece, o Bobby, o señor Bob Dylan, se lo merece que se lo merece. O sea, es una cosa que me ha dado tanto, me ha dado tanto, sin que...

Supongo que los artistas tienen que flipar cuando la gente bailes, dice, joder, me has hecho tan feliz, o incluso jugadores de fútbol, que dices, tío, no, no te conozco de nada, ¿sabes? ¿Usted quién es? Suélteme el brazo.

Pero es que es real, o sea, te acompañan y te hacen mucho bien, y también cuando quieres tú joderte la vida, te haces mucho daño, pero te hacen sentir, ¿no? Te hacen elevarte, te hacen hundirte y te acompañan por todos lados. La música, pues, tiene esto.

Y en mi caso, como en el caso de la persona, pues era otro cantante, ¿no? Bob Dylan estuvo ahí, y gracias a él he aprendido muchísimas cosas, ¿no? Joder, un premio Nobel en literatura, ¿no? O sea, leer sus letras, traducirlas, intentar aprenderlas, intentar sonsacar lo que él pensaba, lo que él quería decir, o esas imágenes tan potentes, ¿no? Es tremendo, ¿no? Es tremendo y, bueno, también le he dado dinero, o sea, tengo bastantes cosas de él.