
304. Le bestie di Satana: Culto al satanismo

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Noche del 24 de enero de 2004.
En un chalet apartado situado en la localidad de Golaseca, al norte de Italia, Mariangela estaba en el centro del salón. No estaba sola. A su lado, Andrea Volpe, su exnovio; al otro, Elisabetta Ballarin, la novia de Volpe.
Mariangela había descubierto un secreto que solo podía castigarse con la muerte.
"Le Bestie di Satana" fue un grupo de jóvenes italianos que conmocionó a Italia. Lo que comenzó como una banda de metal con intereses en el ocultismo, escaló rápidamente a una espiral de violencia y rituales oscuros.
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LIBRO DE TRUE CRIME: DONDE MÁS DUELA, LA PARRICIDA DE SANTOMERA escrito por ANA MENDOZA
Publicado por Alrevés para su línea Sin Ficción.
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Noche del 24 de enero de 2004. Estamos en un chalet, en Gola Seca, provincia de Varese, Italia. Fuera hace frío. El chalet se encuentra cerca de Mont Blanc, la montaña más alta de los Alpes, así que las temperaturas son más bien bajas. Dentro de ese chalet todo es distinto sin embargo. La atmósfera es densa. En el salón, el humo del tabaco había viciado por completo el ambiente. Sobre la mesa, botellas medio vacías de alcohol y restos de droga. En el centro de esta escena estaba Mariangela Pezzotta, una joven de 27 años aterrada por lo que estaba por venir.
No estaba sola. A su lado, Andrea Volpe, su exnovio. Y al otro, Elisabetta Ballarin, una conocida para ella y una mujer bastante cercana a Andrea. La mirada de Andrea era de odio, de pura furia. Tenía los ojos inyectados en sangre y las pupilas dilatadas por el efecto de las drogas que acababa de tomar. ¿El motivo? Mariangela había descubierto toda la verdad. Se había enterado del secreto más oscuro de su expareja y, en consecuencia, también el de su grupo de amigos.
Mariangela había amenazado con contarlo todo. Y esa amenaza, en el retorcido universo de Andrea Volpe y sus camaradas, se castigaba con la muerte. La tortura fue larga y brutal. Cada grito de Mariangela era como una especie de melodía a oídos de quienes buscaban acallar a aquella traidora. Estaban poseídos por la euforia, la adrenalina, alimentadas ellas por las drogas y la creencia de estar cumpliendo con su deber.
Andrea Volpe, sumido en su propio delirio inducido por las sustancias tóxicas, aún buscaba una forma de purificar lo que consideraba una transgresión. Elisabetta, bajo su influencia, se convirtió en una cómplice silenciosa, viendo cómo lentamente la vida de Mariangela se desvanecía. Andrea cogió el teléfono y llamó a Nicola Sapone, al ser incapaz de acabar con la vida de la víctima.
Nicola acudió hasta el chalet y acabó definitivamente con la vida de Mariangela. Nicola, después de esto, dio la orden de enterrar el cuerpo, de eliminar cualquier prueba y guardar estricto silencio. Sin embargo, en la práctica, la situación no iba a ser tan sencilla. De hecho, una serie de errores provocarían que se destaparan los secretos más oscuros de una organización que había operado impunemente durante mucho tiempo.
Y para entender cómo se llegó a esa noche de terror, al asesinato de Mariangela Pezzotta, debemos retroceder en el tiempo, a la segunda mitad de los años 90. Nos quedamos en el norte de Italia, donde un grupo de jóvenes comenzó a forjar su propio destino hacia el abismo.
Poneos cómodos, porque hoy viajamos hasta las entrañas de la Bestia di Satana. Las bestias de Satán. Una secta italiana que captó la atención de toda la sociedad por sus brutales crímenes, por los perfiles de los implicados y por cómo habían conseguido pasar desapercibidos durante más de una década. Empezamos un nuevo True Crime, aquí, en Crónicas de la Calle Morgue.
Las localidades de Soma Lombardo, Gallarate y Busto Arsizio, en la provincia de Varese, eran centros industriales y residenciales típicos del próspero norte italiano. Sin embargo, bajo esa superficie de aparente normalidad,
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