349 - Historias de pescadores, de Dennis Hamilton

Me causan mucho impacto las historias de horror en las que los protagonistas no ven venir ese horror, en las que están completamente desprevenidos ante lo que se les viene encima.

Cuando el padre Lancaster Merrin acude a la llamada del padre Carras para ir a casa de Regan o cuando Lorraine y Ed Warren acuden a la llamada de auxilio de una familia preocupada o cuando Joel y Ellie salen ahí afuera, todos ellos están prevenidos.

Pero ¿qué pasa cuando eres una persona normal, cuando no eres un exorcista, no eres un parapsicólogo, no vives en un mundo postapocalíptico infestado de monstruos? ¿Qué pasa cuando eres una persona común, como tal vez lo seas tú, como yo, y sencillamente coges tus aparejos de pesca y te vas a pasar un fin de semana tranquilo pescando en un lago, entre las montañas, entre los bosques, y te sobreviene el horror? Pues eso, a esa pregunta es a la que vamos a responder esta noche con Historias de pescadores de Dennis Hamilton. Episodio dedicado a Óscar Barcés, a Frost Elixir, a El Circo de los Jugones y a Luis Fernando Antón Toro, nuevos mecenas de La Casa de la Bruja.

Muchas gracias a los cuatro, muchas gracias a todos los mecenas. Siempre será cierto, sin vosotros aquí sólo habría silencio. Sin más, apagad vuestros ojos y encended vuestra imaginación, porque comenzamos. Los Cuentos de la Casa de la Bruja, tu podcast semanal de relatos de misterio, ciencia ficción y terror.

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Pensó Hug para un hombre habituado al agua. Aparcó la camioneta en la loma que daba a la aislada media luna de agua ubicada en el valle. Escudriñó por el parabrisas, debajo de la proa en forma de pico de halcón de la canoa que llevaba atada al techo de la camioneta, y se quedó sorprendido al ver la extraña exuberancia del paisaje. Era tan verde como un bosque tropical, no como él se lo imaginaba.

Había oído decir que Fowler's Crescent estaba muerto desde hacía 20 años, a raíz de la fuga de productos químicos ocurrida río arriba. Hug esperaba encontrarse con un sitio desolado y sin vida. Un año antes, Artie Gillam había hecho el viaje esperando exactamente lo mismo, pero Artie nunca regresó para informarle de lo contrario. Al otro lado del camino había un indicador de madera medio torcido y borroso que decía, «Bienvenido a Fowler's Crescent, fundado en 1809. Población 1087 habitantes. La mejor pesca de indiana del sur».

Hug pensó, hará 70 años por lo menos que no tocan ese cartel. Entonces observó el pie de la loma, donde los restos del pueblo comenzaban. Las escasas edificaciones que aún seguían en pie eran también.