# 363 - Psicología del cliente en el diseño de jardines

Bienvenidos a un nuevo episodio, a un nuevo capítulo del podcast de Jardinería y Paisajismo, el espacio en donde comparto todo lo que sé, lo que voy aprendiendo del mundo de las plantas, la jardinería, el paisajismo y todo el mundo empresarial para ayudarte en tu proyecto y para que tengas tu jardín más lindo cada día.

Y como hace mucho tiempo que no toco temas empresariales, hoy se me ocurrió hacer una serie de dos episodios, el de hoy que tiene por eje central la psicología del cliente en el diseño de jardines, con la idea de poder decir cómo interpretamos los deseos del cliente, cómo manejar las expectativas y cómo presentar tus ideas de forma convincente.

Ese es el tema central de hoy, la semana que viene vamos a continuar hablando sobre la materialización y sobre el mantenimiento, es decir, cómo vamos a trabajar, cómo vamos a interactuar con nuestros clientes y si nos toca ser clientes, cómo saber también transmitirle a quien diseña nuestro jardín o a quien va a mantenerlo para que todo salga perfectamente.

Y antes de comenzar con este episodio, te voy a recordar a nuestro patrocinador personalgardenshopper.es la tienda online de jardinería número uno de toda la península ibérica. Ya sabes, es la tienda de Fernando, de mi amigo Fernando, y allí vas a poder encontrar todo lo que necesitas para decorar y para mantener tus plantas bellas todo el año.

Y ahora sí, comenzamos con el episodio de hoy en el que te daré algunos ejemplos ficticios para que puedas llevarlo a la práctica. Alguna vez te has encontrado con un cliente con toda la ilusión del mundo y te dice quiero un jardín bonito, un lugar para relajarme y te das cuenta de que su idea de bonito y la tuya podrían estar en planetas diferentes.

O peor aún, el cliente te muestra una foto de un jardín toscano y otra de un jardín zenjaponés y te dice quiero una mezcla de los dos. Sé que estos temas los hemos charlado con Fernando en algún momento, pero a lo mejor sos un oyente reciente que ha descubierto el podcast, o quizás hoy descubras algo que pueda ayudarte. Volviendo al ejemplo, esas son las situaciones que vamos a trabajar hoy. Hablaremos de la psicología del cliente en la fase de diseño. Veremos cómo convertirnos en una especie de detective de deseos para interpretar lo que no se dice con palabras.

Lo primero es entender que rara vez un cliente te dará un listado técnico. Te darán sensaciones, recuerdos, emociones y nuestro trabajo es traducir eso. El error más común es empezar preguntando qué plantas te gustan. En lugar de eso, indaga en su estilo de vida. Haz preguntas abiertas y evocadoras. A ver, imagina esta situación. Llega un cliente y te dice me encantan los jardines exuberantes lleno de flores y con mucho color, pero no tengo nada de tiempo para cuidarlo.

A primera vista parece una contradicción total. Un jardín exuberante suele requerir atención y aquí es donde entras como detective en acción. En lugar de decir eso no es posible, profundiza. Por ejemplo, diciendo entiendo perfectamente. Buscas el impacto visual de un jardín lleno de vida, pero sin que se convierta en una segunda jornada laboral. Cuando dices exuberante, qué imagen se te viene a la mente.

Es la altura de las plantas, las mezclas de texturas o la sensación de estar rodeado de naturaleza. Quizás te responda es la sensación de estar en un lugar privado, que no se vea la casa del vecino, que se sienta selvático. Aquí la palabra clave no era flores, era privacidad y sensación de inmersión. Ahora puedes guiar la conversación diciendo excelente, entonces podemos lograr esa sensación de selva usando arbustos perennes de diferentes alturas y texturas que te den esa privacidad todo el año.

Y podemos añadir toques de color de larga duración y bajo mantenimiento, como un árbol que florezca espectacularmente en primavera, o unas gramíneas que aporten movimiento y color en otoño. Así tienes un impacto visual, la privacidad y no te conviertes en un esclavo del jardín. No sé si con este ejemplo me estoy convirtiendo en un esclavo del jardín.