373 - Los amados muertos, de C.M. Eddy y H.P. Lovecraft

¿Escribes relatos de horror o ciencia ficción? Tal vez tu historia tenga un lugar en los cuentos de la Casa de la Bruja y podamos escucharla el próximo viernes al caer la noche. Puedes leer las bases de la convocatoria en la descripción de este episodio. Debe hacer al menos veinticinco años de esto y yo pasaba por un momento un poquito complicado anímicamente y era un momento en que me encontraba muy solo y era un momento en que yo hice algo que no había hecho hasta entonces y que creo que no he vuelto a hacer, que era irme de copas yo solo. Entre otras cosas mi grupo de amigos se había disuelto hacía tiempo y estaba pasando por una época de bastante soledad.

El caso es que en una ocasión fui a un pub, un pub heavy, seguramente el único tipo de pubs donde yo me encontraba a gusto y fui solo a tomar unas cervezas y en el pub que estaba casi vacío estaba sonando nada menos que My Dying Bride. Esta banda no es exactamente una banda que haga música alegre, todo lo contrario, es una banda que hace una música muy melancólica y muy depresiva y no es lo más adecuado si no te encuentras anímicamente fuerte seguramente. Pero es que en la televisión estaban proyectando en silencio la película Necromantic.

Yo no sé si habéis visto esa película pero a mí esa situación de yo no encontrarme bien con esa música, con My Dying Bride sonando en los altavoces y con Necromantic puesta en la pantalla de televisión, bueno eso fue hace 25 años aproximadamente y es un momento que no he podido olvidar y seguramente no olvide nunca. Yo salí jodidísimo de ese pub y de esa situación. Necromantic fue una película que visualmente me alteró y me perjudicó muchísimo. No sé si Necromantic tiene alguna virtud cinematográfica pero desde luego no es una película que recomiende a nadie que tenga la moral baja. Y este recuerdo me ha vuelto a raíz del relato que os traigo hoy. Dudo que sea un relato tan escabroso como Necromantic pero el tema está ahí.

Si habitualmente os traigo contenido oscuro y perturbador esta noche pues tenemos que hacer justicia a esa fama porque este cuento ha sido motivo de polémica desde que se publicó. Se llama Los amados muertos, es obra de Clifford Martin Eddy Jr. que fue un autor de ficción extraña vinculado al conocido círculo lovecraftiano y que escribió este cuento precisamente en colaboración con el propio Lovecraft. En esta historia un narrador de temperamento inestable confiesa su perturbadora obsesión con los muertos y su vida va a ir girando lenta y fatalmente en torno a ese impulso oscuro.

El tema central explora los límites entre el amor y el horror y la fascinación por la muerte y por la degradación del yo. En fin, es un tema sensible y quería advertiros al respecto. Por cierto, permitidme que hagamos una pausa para abrir un expediente paralelo sobre sucesos extraordinarios. El caso Repsol en el festival de Sitges. Las pistas preliminares revelan que Repsol ha preparado hasta 6.300 litros de combustible renovable para alimentar los generadores eléctricos del festival, emitiendo 17,5 toneladas de CO2 menos. Y no queda ahí la cosa. Los indicios señalan a Repsol como responsable de suministrar energía solar a las experiencias más buscadas del festival.

Los puntos de recarga de móviles, el fotocol del mirador y hasta la King Kong área. Pero hay una última clave en todo este misterio. En la estación de servicio de Sampara de Rives, Repsol ha sido cazado habituando un punto de recarga rápida para la flota eléctrica del festival. Con todas estas pistas sobre la mesa, el veredicto es sobrecogedor. Cuando unimos energías, lo pasamos de miedo. Repsol, partner energético del festival de Sitges, del 9 al 19 de octubre.

Y ahora sí, expediente aclarado, pasemos a hablar de nuestros amados muertos.