5 señales de que necesitas una pausa estratégica (y qué hacer al respecto) | Ep. 140

Hola, te doy la bienvenida al episodio 140 del podcast Living Meraki. Hoy quiero hablarte de algo que paradójicamente muchas veces evitamos hasta que es demasiado tarde y se trata de darnos una pausa. Pero no hablo de una pausa cualquiera, sino de una pausa, vamos a llamar, estratégica.

No hablo de apagar el ordenador y sentarse a ver Netflix durante todo un fin de semana, sino de hacer una pausa que realmente te ayude a avanzar con más claridad, con más energía, más confianza en aquello que viene después. Vamos a ver cinco señales, que las he escogido porque son las que más me encuentro en las personas que son parte del acompañamiento Meraki, con ejemplos prácticos en cada una de ellas y también con el tipo de pausa estratégica que te puedes dar en caso de que te veas ahí reflejada.

La primera señal es cuando tienes mucho ruido mental pero pocas respuestas y aquí te quiero contar la historia de Lucía, que es una Meraki que había llegado a un punto en el que su cabeza era un auténtico caos. Se levantaba con una lista de cosas por hacer, pasaba el día saltando de una tarea a otra y cuando se daba cuenta eran las 11 de la noche y no había hecho nada realmente importante para ella.

Lucía tenía el ordenador lleno de pdfs que descargaba, de diferentes materiales, cursos comprados que nunca terminaba y también tenía un cuaderno con ideas sobre cosas que podía hacer para su vida, para mejorarla, para cambiar, pero cada vez que intentaba tomar una decisión se sentía como aturdida y confundida.

En este caso, cuando el ruido mental es constante, es una señal de que tenemos el cerebro en modo supervivencia, no hay espacio para integrar aquello que entra porque está sobrecargado de información sin procesar y esto equivale a tener como 50 pestañas abiertas en el ordenador y preguntarte por qué va lento. Esto nos pasa cuando estamos en un estado de sobrecarga constante de información y para bajarlo un poco a tierra y hacerlo práctico se da en casos en los que, por ejemplo, sigues a mil cuentas en redes sociales que están hablando de productividad, de organización, de hábitos y cada vez que abres Instagram, en lugar de sentir claridad, pues sientes como más presión.

Hay demasiadas voces diciéndote qué hacer, pero ninguna está adaptada a tu realidad y aquí lo que es peor es que podemos caer como en ese círculo de compararnos o de sentir que lo hacemos todo mal o que deberíamos estar haciendo X cosas y no las estamos haciendo. Después también si recibes newsletters, escuchas podcasts, ves vídeos en YouTube sobre cómo mejorar tu vida, pero en lugar de integrar aquello que aprendes sigues acumulando más y más ideas sin aplicar nada de lo que dicen. Es como estar a la espera del próximo vídeo, el próximo episodio, la próxima información que me vaya a realmente ayudar. Y después, por otro lado, tu cabeza nunca se calla, saltas como de una preocupación a otra sin descanso, tengo que organizarme mejor, no sé si estoy en el camino correcto, pues a lo mejor necesito ver un vídeo más.

Y en lugar de encontrar soluciones, sigues consumiendo contenido sin darte el tiempo de digerirlo. Si hacemos la metáfora con la comida, sería el equivalente a me estoy comiendo un montón de platos y no me estoy dando tiempo de hacer la digestión porque consumo más de lo que puedo procesar. Y en las sesiones de acompañamiento, yo esto lo he visto muchísimas veces, ver a kids que llegan diciéndome es que sigo a tantas personas, consumo tanto contenido que siento que debería estar haciendo de todo, me he comprado un montón de cursos, me he descargado otros tantos recursos, pero la realidad es que no se adaptan a mi realidad y no sé qué hacer con todo esto, no sé por dónde empezar, no sé qué hacer con tanta información. Y el problema en sí no es la falta de información.

Muchas veces pensamos que sí, que estoy a la espera de el siguiente vídeo que me va a llevar a resolver justo eso que quiero resolver. Es la falta de espacio para procesar esa información. Y aquí la pausa estratégica lo que te propongo es un ayuno mental consciente de al menos pues entre 3 y 7 días. Aquí la clave no es solo dejar de consumir, sino también crear un filtro para tuyo futuro. Por ejemplo, pues si recibes 20 correos al día diferentes, decir pues me voy a quedar con esas newsletters que me aportan, o voy a consumir contenido sobre esa temática que voy a aplicar en el corto plazo, o voy a seguir cuentas que estén alineadas con mi momento actual de ahora. También poder bloquear un periodo sin entradas nuevas, pues durante el tiempo que dure tu ayudo mental consciente,