5. Taberna Hermética. Episodio quinto

Bienvenidos de nuevo a Taberna Hermética, a este espacio radiofónico auspiciado por Hermes, donde tratamos de recuperar el antiguo y noble arte de la memoria. En el programa de hoy, que está inspirado por algunas de las obras teatrales de Federico González, cuyos fragmentos serán interpretados por las voces del Ateneo de la Garza, nos ubicaremos en un teatro invisible, pero muy real.

En esta ocasión, escucharemos una comedia en tres actos, escenificada aquí mismo y basada en tres obras de Federico González Frías. El Tesoro de Valls, En el tren y Lunas indefinidas, que fueron reunidas en un pequeño volumen y publicadas por la editorial Libros del Innombrable bajo el título de 3 Teatro 3.

En la primera de ellas, el protagonista, Valls, se aloja en un hotel de lujo para celebrar sus bodas de plata. Y bueno, su estancia será de todo menos tranquila, con la inquietud constante de perder o que le sean robadas sus pertenencias, el tesoro, depositadas en la caja fuerte de su habitación e invadida constantemente por un desfile de todo tipo de personajes, a cual más extravagante.

El segundo acto de nuestra función estará referido a la obra En el tren, donde un grupo de amigos han sido invitados a participar en un viaje en tren con un destino desconocido. Y en la tercera parte, nos detendremos en Lunas indefinidas, obra que nos ubica en una especie de clínica del conocimiento, a la que llegan distintos aspirantes que han de pasar ineludiblemente varias pruebas y finalmente adentrarse en la cámara del conocimiento.

En el primer acto, preparación. Según las enseñanzas pitagóricas, ni el arte ni la sabiduría pueden adquirirse sin aprendizaje preparatorio. Oigamos una pequeña escena de la primera de estas tres obras, El tesoro de Vais, que tiene lugar entre un clérigo y el protagonista.

¿Dónde está tu tesoro? Pon allí tu corazón. Aunque el suyo estaba puesto en bienes terrenales, y aún así no podía llegar a él, en el país del siempre y el nunca jamás.

¡Ay, perdóneme! Dios no está muerto, como dicen. Sólo a veces está de huelga, pero nos ha oído. ¡Qué congoja! ¡Qué tristeza!