

Description of 693 - El impuesto solidario
¿Y si la mala suerte fuera en realidad... [pausa] un impuesto solidario?
A veces me parece que hay una cantidad finita de fortuna medio mal repartida. Como si nos tuviéramos que arreglar con lo que hay, las miles de millones de personas que hay en el globo.
Llámala suerte o fortuna…o «circulación sortológica subyacente».
===============================
Contacto: https://gravatar.com/ihsanshade
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
¿Y si la mala suerte fuera en realidad un impuesto solidario? A veces me parece que hay una cantidad finita de fortuna medio mal repartida, como si nos tuviéramos que arreglar con lo que hay, las miles de millones de personas que hay en el globo. Ya mala suerte, o fortuna, o circulación sortológica subyacente.
Creo que la mala suerte me ha jugado una mala pasada. Me ha hecho pensar que tras su aparente aleatoriedad hay un mecanismo bien engrasado que lleva presente decenas de miles de años, si no más. Es escapadiza, parece que no corresponde a nadie su propiedad, pero hay señales. Personas con muy mala suerte y personas con muy buena suerte, o que siempre reciben golpes de suerte. Vaya, ahora que lo pienso, creo que son los únicos golpes que he oído como algo positivo.
Nunca he escuchado a nadie referirse a golpes de suerte como algo malo. Pero imagina, si es que aún se puede, que no todo el mundo tiene malas ni buenas suertes en todos los aspectos de su vida. Que lo que no se tiene por un lado, se tiene por otro. Que si eso de salud, dinero y amor fueran de verdad los tres pilares, nunca se estaría al 100% bien en todo. Aunque hay muchos más pilares que apuntalan la vida de las personas. O es eso, o hay muchas facetas que entran en amor, en salud y en dinero.
La suerte como deducción en la nómina. Un poco de suerte tuya para el Fondo de Garantía soortonómica, el FOGASO. Así otras personas que requieran de un poco de suerte podrán disponer de un pequeño porcentaje aportado por el resto. Se me ocurre que de ser así, cuando tuviéramos mala suerte de manera objetiva en algún aspecto, podríamos alegrarnos un poco. Sí, porque significaría que pagando este pequeño impuesto estamos contribuyendo al bien de otras personas. Quizás quienes tienen muy mala suerte podrán ver suavizada su situación gracias a ti.
Eso también contribuiría a aumentar nuestra resiliencia, el no hay mal que por bien no venga de nivel colmena a versión planetaria. Puede que algunas personas consideraran conformista esta conducta de aceptar esta mala suerte en favor del aumento del bienestar global, aunque sea en un mínimo porcentaje. Y por supuesto, porque tiene que haber de todo, habría evasores venturosos que burlan o lo intentan el Código Ventural Regulador de las Contribuciones. El ente regulador sería, cómo no, el Ministerio de Hacienda. Incluso habría auditores de suerte para revisar tu balance al cabo del año.
Ha tenido usted mucha suerte este año, ¿no? Parece demasiado. Aquí está, ha superado el tope regulatorio de eventos benéficos ocasionales limitados. El trébol. Tiene que venir con nosotros. No olvide traer todos sus documentos y el balance de suerte de los últimos cinco años. Me parece gracioso todo esto. Hasta que pienso en la realidad y en los eventos de buena o mala suerte. Si cuando decimos que tenemos mala suerte es porque encontramos algo inesperado que nos perjudica, o porque no conseguimos lo que deseamos.
O si decidimos pensar que algo como la enfermedad o la muerte de un ser querido, por las circunstancias que sean, es un evento de mala suerte para nosotros. Entonces no me río. También pienso en pueblos enteros minados de mala suerte, con hambrunas, con guerras, con carestías de algún tipo que les hacen tener unas condiciones de vida mucho peores que las nuestras. Entonces no pienso que la suerte está regulada, o hay algo que se me escapa. Quizás a pesar de las penurias saben valorar la vida, la amistad y el tiempo juntos. Y pensarás que tú también, pero verás, quizás esto también esté mal repartido.
O a medias. Casi en cualquier lugar me encuentro personas que valoran no pagar impuestos que sirven para mejorar la vida de su comunidad. Que teniendo dinero deciden que no es buena idea una sanidad pública, una educación pública, un mantenimiento público de servicios o de ciertos servicios. Hasta que se les acaba el dinero y con ello esa supuesta suerte que les había bendecido. Y pasan a esperar en la misma cola que el resto, porque a fin de cuentas, de dinero o de suerte, vivimos en comunidad. Y que haya gente intentando convencerte de lo contrario nos perjudica siempre, como comunidad y como país.















Comments of 693 - El impuesto solidario