6x03 - «¡Olvídate de mí!»

Hay encuentros creativos que parecen inevitables, dos miradas distintas que al cruzarse dan forma a algo que trascienda a las dos.

Por eso, cuando la imaginación visual de Michelle Gondry se encontró con la mente laberíntica de Charlie Kaufman, el cine descubre una historia de amor que se descompone como un recuerdo borrado, una fábula visual sobre la memoria, la pérdida y la imposibilidad de escapar de uno mismo.

Hablamos de Olvídate de mí, una de las grandes obras cinematográficas de lo que va de siglo, una cinta generacional y que, sin embargo, como su protagonista, ha conseguido sortear las trampas de la memoria hasta convertirse, hoy, en el eterno resplandor de una película inmaculada.

La última vez que estuvo nuestro invitado de hoy, Diego, justo para darnos confianza antes de arrancar, nos dijiste que la última vez que habías hecho un podcast, creo, habías ido con Berto Romero, ¿no? Sí, sí.

Bueno, como ves, tu vida ha ido para arriba, claramente.

Voy a más, siempre.

Oye, yo quería empezar precisamente, por cortar ahí un poco el asunto, con el gran, bueno, no el gran, porque tiene varios, seguramente, pero uno de los elefantes en la habitación de esta película, que es el título, que, claro, el eterno esplendor de una mente inmaculada.

Inevitablemente se iba a perder buena parte de la potencia, de la lírica y de la belleza al traducirlo.

Ahora que eso se haya convertido en lo que se convirtió, claramente, podrían haber aprovechado esa tradición española de traducir libremente, pero de forma creativa, títulos rollo tiburón, era Japs, bien, La jungla de cristal, que originalmente era Die Hard, vale, un Like it Hot, que lo traujeron como con faldas a lo loco, guay, pero no, ¿por qué tradición apostaron? Por a todo gas, un canguro super duro o la salchicha peleona.

Esto a que nos lleva todo esto, a que estamos aquí para hablar de Olvídate de mí, película de 2004, que yo ya lo digo de antemano y os dejo a vosotros volar libremente, me la volví a ver con todos los prejuicios que se pueden arrastrar en estos 20, 21 años que pasaron desde que la había visto la primera vez y frente a todos mis prejuicios, el revisionado parece que le sienta, vamos, absolutamente perfecto, me encantó, evidentemente es una película generacional, que lo hablaremos todo esto hoy, condensa al sentir de una época, creo que es uno de los grandes títulos sin duda de la primera década del siglo XXI, una película mutante que cada vez que la ves te cuenta cosas diferentes, profundizaremos en todo esto, pero bueno, para no hacer yo spoilers de más ni adelantarme, y como nos gusta hacer normalmente en el Podcast de la Soga, me gustaría que empezaseis con una justificación de por qué precisamente hablar de esta película y no de otra, y a ella señalo directamente a Diego, bienvenido, esta vez sí, te doy, Diego Cuevas, te doy la bienvenida en condiciones, y ¿por qué te señalo a ti? Porque bueno, tú fuiste, en este caso, no voy a decir nada.