

Description of 6x06 El gitano que hay en mi (II), Ted Simon
Hola a todos de nuevo. Soy Josep y os doy la bienvenida al podcast Cuento Contigo.
Aquí tenéis un nuevo episodio, segundo capítulo del libro de Ted Simon "El gitano que hay en mí" . Espero lo disfrutéis tanto como yo lo hice, leyendo, grabando y editándolo.
Quiero dedicar este episodio a la memoria de José Luis Montesinos, padre, ingeniero, motero, compañero de trabajo, amigo,... pero sobre todo buenísima persona. Te tendremos siempre muy dentro.😔
Leemos vuestros comentarios.
Todas las músicas de este episodio están libres de derechos.
Texto transcrito bajo consentimiento por escrito del autor o editorial.
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
Hola, ¿qué tal? ¿Cómo estáis? Bienvenidos. Prepararos una vez más para un viaje inolvidable en una nueva edición del podcast Cuento Contigo.
Mi nombre es Giuseppe y como siempre agradecer vuestra presencia y ayuda a este podcast de entretenimiento con vuestros comentarios y me gusta.
Agradecemos la colaboración de Interfolio Libros, Ricardo Fité, Sonia Barbosa, Ramón Parreño, La Mala Suerte Ediciones y Alicia Sornosa por su colaboración con este podcast.
¡Comenzamos! Volvemos a El gitano que hay en mí, de Ted Simon.
En el capítulo anterior habíamos dejado a Ted tras el incidente con el toro que habían vestido la tienda donde se refugiaba.
Aunque en este episodio el bueno de nuestro protagonista hace un pequeño parón para contarnos sus antecedentes personales, este nos sirve para que nos explique y comprendamos las cosas que vivió durante su infancia y juventud y todo lo que le hizo ser como es.
Bueno no me enrollo más y vamos con el segundo capítulo de este libro.
Espero que os guste.
El gitano que hay en mí, capítulo segundo.
Por muy escalofriante que fuera el episodio, con la distancia, el hecho de haber escapado del toro no me sorprende tanto como me sorprendió entonces.
En aquel momento me pareció que había sido una suerte extraordinaria haber sobrevivido, pero entonces he de preguntarme ¿y las otras veces que he salido ileso de situaciones límite, fue solo suerte? De ser así, podría considerarme una de las personas vivas más afortunadas del mundo, pero de alguna manera esta idea no me acababa de encajar, más allá en el sentido amplio en el que se aplica a los que tenemos la suerte de pasar algún tiempo sobre este planeta.
He leído o oído hablar de gente que ha muerto haciendo cosas que yo he hecho, cayendo a través de un tejado, atrapados en el momento erróneo en el lugar equivocado en alguna dictadura del tercer mundo, perdiéndose por la noche en la ladera de una montaña porque el acelerador de la moto se les ha atascado en un punto peligroso del camino o incluso de un modo tan tonto y mundano como bajando de la acera sin mirar.
El coche pasa raudo y silbando a un palmo de mi nariz y siento el aliento de la muerte en mi mejilla.
Doy un paso atrás, aturdido, contemplando lo que casi me ha sucedido.
¡Qué tonto he sido, qué suerte poder contarlo! Pero de hecho, reflexionando, me doy cuenta que me confundió una confluencia poco habitual de circunstancias.
Ciertamente la estupidez hizo su parte, pero habría sido mucha mala suerte morir aquel día.
Lo mismo pasó todas las otras veces en que me he librado por los pelos.
Quizá no fue tan por los pelos, quizá las probabilidades están de nuestra parte.
Oímos tantas cosas sobre la muerte y la mala suerte, a medida que nuestras sociedades se hacen más populosas y están conectadas entre sí, se dan más historias estremecedoras que contar y nos llegan por más canales.
Los que no viajan muy lejos de los territorios familiares deben tener la impresión que el nuestro es un mundo peligroso, en el que uno tiene suerte de sobrevivir, pero esa impresión es errónea.
Por cada relato de una tragedia hay cientos, quizá miles, de historias no contadas sobre una tragedia que se ha evitado.
Mi propia experiencia me convence de que al fin, cuando se tiene una actitud decente, el mundo será benévolo.
La actitud es importante.
Mis amigos coincidirán conmigo cuando digo que no soy un tipo especialmente intrépido.
Quiero decir que no ando buscando problemas.
En el colegio solo en una ocasión reté a alguien a una pelea y no llegué a dar ni un golpe.
Solo que algunas de las cosas que he querido hacer, dar la vuelta al mundo en moto, por ejemplo, conllevan un riesgo.
Yo solía poner empeño en minimizar el riesgo, hasta que finalmente comprendí que la mayoría de mis esfuerzos eran inútiles.
Los problemas que anticipaba rara vez se materializaban, y los peligros, cuando aparecían, normalmente eran impredecibles y algunas veces hasta insólitos.
Por lo general atribuyo mi supervivencia a que tengo una buena actitud, y en un ingrediente primordial de ésta, creo que es que no tengo miedo a tener miedo.
Así que no vuelva a ser así.















Comments of 6x06 El gitano que hay en mi (II), Ted Simon