Desde este lugar no lugar y desde este tiempo no tiempo, conecta con lo que siempre es.
Observa esa chispa que sientes en el centro de tu pecho, ese corazón alado ardiendo, esa intención, deseo interno.
Cómo hablamos en nuestro último artículo Bajo la Luna Nueva de Septiembre:
“Leo es el estómago. Lo que digerimos. El fuego interno que nos ayuda a digerir, no sólo el alimento, sino la vida misma y sus experiencias. Como el “agni” ayurvédico que representa esa fuerza latente interna que sustenta nuestra salud, nuestra energía vital. Después de pasar por el corazón de Cáncer, la gran Madre, el alma en su camino está lista para integrarse a sí misma, y externalizarse en el mundo encarnado, individualizarse, materializarse. Es la vuelta del héroe, la bajada a tierra, a la materia.
Y el primer paso es avivar la chispa del deseo. La concepción creativa de tu yo encarnado e individualizado.”
Esperamos que la disfrutéis, gracias!
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