7 Secretos sobre el dinero para generar abundancia - Sergio Fernández, IPP

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Fijaros que tenemos un sueño, yo creo, ¿no? Yo creo que todos los que estamos aquí compartimos un sueño que es el de, oye, a mí me gustaría tener una vida mejor, me gustaría disfrutar de una vida en la que lo económico no sea un problema, pero a la vez me gustaría disfrutar de una vida en la que a todos nos vaya bien. Es decir, me gustaría disfrutar de una vida mejor para mí, pero mejor también para el resto del planeta. ¿Hasta aquí estamos de acuerdo? Yo creo que pedirnos solo una vida para nosotros mejor es demasiado poco. Yo creo que pedirla solo para los demás es de ser bobo y yo creo que la idea es pedirla buena para todos, pedirla para los demás y pedirla para nosotros, pero ¿qué problema nos encontramos por el camino? Que sentimos que tenemos, bueno, nos encontramos varios problemas. El primero es que sentimos que tenemos que elegir. A ver si os suena esto. O sea, yo tengo que elegir entre ganar dinero o hacer un mundo mejor. ¿Alguien más ha comprado esta idea, aparte de mí mismo hace años en la sala? Sí, solo cuatro, ¿no? El resto ¿pasabais por aquí? Bueno, yo creo que es un problema, al menos yo lo viví durante tiempo, que sentía que tenía que elegir entre o disfruto de una vida profesional potente y gano dinero y me va bien o me dedico a salvar el mundo.

Ya fuera de broma, ¿pensamos que tenemos que tomar uno de estos dos caminos? ¿Alguien lo ha pensado en algún momento de su vida, sí o no? Yo creo que es una cosa muy habitual, todos los que nacimos en los 60, 70, incluso 80, yo creo que nos ha pasado esto, era como, tío, te haces hippie y te dedicas a salvar el mundo o te haces súper empresario y te dedicas a ganar dinero que se te caigan los billetes del bolsillo. Yo viví en este error hasta el año 2007, un poquito antes, pero la decisión final la tomé en el 2007, en el que me di cuenta que no tenía que elegir, que podía apostar por hacer un mundo mejor a la vez que podía apostar por tener yo una vida mejor. Así que yo creo que el problema que nos encontramos es que sentimos que no podemos incidir en el mundo y sentimos que votar una vez cada cuatro años es poco. ¿Alguien le sabe a poco esto? ¿Alguien le sabe a mucho? Yo creo que nos sabe a poco, decimos este, yo quiero un mundo mejor, quiero que las cosas vayan de otra manera, pero una vez cada cuatro años me sabe a poco. Mientras mejoramos esto de la democracia y tal, que como sabéis tiene sus pequeños fallitos, pues yo creo que hay una manera en la que todos podemos elegir cómo votar cada día y es cómo utilizamos nuestro dinero. Así que esta es la primera idea potente de hoy y es que cada uno de vosotros, incluido yo, cada uno de los que estamos en esta sala y de los que están fuera, votamos cada día, votamos a las empresas que queremos que estén en este mundo con nuestro dinero.

Así que a veces se producen incongruencias y decimos no es que yo no estoy de acuerdo con cómo esta empresa trata a sus trabajadores, no les compres, ya verás como si no les compras, rápidamente ya ni tienen trabajadores ni tienen nada, entonces no les podrán tratar mal o a lo mejor se dan cuenta de que tratando así a sus trabajadores no obtendrán clientes. A lo que voy es a que necesitamos saber dónde ponemos nuestro dinero porque con ello estamos decidiendo cómo es el mundo. Así que la solución cuál es, es tomar conciencia de qué hacemos con nuestro dinero, el concepto es cada día votamos con nuestras compras. Hay una cosa que es interesantísima, yo la aprendí cuando vivía en Londres y era la frase follow the money, siempre era como oye ¿por qué se ha generado la guerra de Siria? ¿cuál es la respuesta? sigue el dinero. Oye ¿por qué hay un problema ahora en España con no sé qué? sigue el dinero. ¿Se entiende el concepto? investiga qué dinero hay detrás y quién está ganando con eso y automáticamente entenderás por qué los problemas del mundo son los problemas del mundo. Si no entendemos que nosotros formamos parte de ese follow the money, de ese sigue el dinero, porque con nuestro dinero estamos pagando a empresas cuyos valores no compartimos y a veces se puede dar la paradoja de que nosotros en nuestra vida diaria estemos luchando para que