721/10. Las huellas de los OVNIS. Misterios y fantasmas de Gales.

Bienvenido al mundo de lo desconocido, ¿quieres viajar con el tren del insólito por las vías del misterio? De la mano de un servidor esta noche iniciaremos mundo insólito radio dándole la bienvenida al investigador de la fotografía fantasma Luis Merino.

Luis hoy nos llevará a conocer una ruta misteriosa que cuenta con lugares encantados, con fantasmas imposibles y con un sinfín de fenomenología anómala. Increíble.

Luis nos llevará a conocer esta noche algunas de las historias y leyendas fantasmagóricas de Gales.

Y hoy finalizaremos mundo insólito radio dando un pequeño gran salto hasta la lejana valle argentina para encontrarnos con el investigador de la fenomenología ufológica, Carlos Alberto Llurchuk. Carlos hoy nos contará cómo se pueden reconocer e identificar las huellas dejadas por los objetos volantes no identificados.

Esperando y deseando que el programa sea de vuestro agrado os habla Juan Carlos Baruca Hernández y esto es Mundo Insólito Bienvenido Luis, ¿cómo estamos? Buenas noches Juan Carlos y buenas noches a todos los oyentes de Mundo Insólito Radio. Encantado de estar aquí. Otra noche más con todos vosotros. ¿A qué ruta de misterios nos vas a llevar hoy a conocer? Bueno, vamos a ir a conocer el Gran Gales que tiene muchísima historia, muchísimo misterio.

Decenas son las ubicaciones y decenas en las cuales los oyentes pueden entrar en internet para informarse. Hoy vamos a rescatar sólo unos pocos de los muchos que hay aquí, si te parece.

Pues vamos a ello, venga. Venga, vamos a comenzar con una posada que es la posada de la montaña en Skinred. Y resulta que la referencia más antigua conocida de esta encantadora posada, ubicada a la sombra de la montaña Skinred, data del año 1100, cuando John Crowthwey fue condenado a muerte por robo de ovejas y ahorcado también en una viga de la posada. Resulta que durante los siguientes 800 años, 182 criminales correrían una suerte similar colgando del cuello sobre... o sea, fueron colgados todos del cuello sobre la escalera de este edificio.

Un estilo de trato con los clientes inusual podría pensar, podrías pensar a lo mejor tú Juan Carlos, hasta que nos damos cuenta de que además de servir jarras de cervezas espumosas a los viajeros sedientos, el local también funcionaba como juzgado. Hasta que a mediados del siglo XIX abandonó por completo el negocio de las ejecuciones y desde entonces se ha dedicado al sustento, vamos a decirlo de esta manera, de los vivos. No hace falta decir que con un pedigrita siniestro, resulta que la posada de la montaña Skirret puede ofrecer muchas historias de fantasmas que ahelarían la sangre a más de uno.

Resulta que los espíritus de los ejecutados aquí suelen manifestarse de una manera bastante directa e inquietante. Por ejemplo, varias personas han sentido la abrumadora sensación de una soga invisible alrededor de sus cuellos y se han alarmado también al sentir cómo se les apretaba, parecía que de repente les faltaba el aire. Aunque siempre logran liberarse de ese fenómeno extraño que parece una soga, suele decir que se conserva después la inconfundible impresión de las marcas de una cuerda durante varios días en sus cuellos.

Otro fantasma que ronda la antigua y en parte fantasmal propiedad es la de una mujer que, aunque nunca es vista, es percibida y oída por el personal mientras pasa invisiblemente junto a ellos, marcando su paso por un frío inconfundible. En la década de 1990, durante una transmisión de radio en directo desde la posada, se le preguntó a un medium por sus impresiones.

Dijo haber percibido a una joven que había muerto de tuberculosis, posiblemente unos treinta y pocos años antes. Al darse cuenta de que no tenía forma de comprobar o refutar esta afirmación, la casera le agradeció cortésmente la información. Sin embargo, varios meses después, una pareja que investigaba su árbol genealógico visitó a esta casera y le dijeron que buscaban información sobre uno de sus antepasados, Harry Price, propietario de esta propiedad a mediados del siglo XVIII.

Luego revelaron que su esposa, Patti Price, había fallecido de tuberculosis a los treinta y pocos años y estaba enterrada en el cementerio local donde sus restos aún reposan. Así que muy curioso el lugar. ¿Dónde vamos ahora, Luis? Vamos a irnos al Hotel Miskin Manor, que resulta que a pesar de su proximidad