8 de octubre de 2025

En el Evangelio de este día miércoles, escuchamos que un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo, Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.

Él les dijo entonces, cuando oren, digan, Padre, santificado sea tu nombre, que venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden, y no nos dejes caer en la tentación.

Una vez más, Jesús se encuentra orando. Siempre, en medio de las actividades, Él encuentra espacios y lugares para rezar, y sus discípulos lo ven. Eso los entusiasma, y le piden que les enseñe a orar.

Así vemos cómo el Señor enseña con sus palabras, pero también con su vida, con sus actitudes, con su ejemplo. Jesús en alguna oportunidad les había dicho que cuando orasen, se encerraran porque el Padre ve en lo secreto.

Lo había dicho para que no sean como los fariseos, que alardeaban de cuánto rezaban, para que no se creyeran superiores a los demás, y para enseñar que la oración personal, en nuestra casa, en la soledad, también llega a Dios.

Pero hoy Jesús nos muestra la importancia de dar el ejemplo. Cómo despierta en los demás el deseo y la necesidad de rezar cuando se ve que alguien lo está haciendo. Es que no todos creen saber orar. Hay personas que a veces se nos acercan y nos dicen, yo quiero rezar, pero no sé cómo. Por eso, también nosotros tenemos que ser maestros de oración.

San Pablo dice que es el Espíritu quien gime en nosotros porque no sabemos orar. Por eso, empezamos orando con palabras aprendidas de los demás, y qué mejor si esas palabras son las del mismo Jesús que nos enseña cómo dirigirnos al Padre.

Dar el ejemplo, invitar, enseñar a rezar, también son formas en que vamos ayudando a otros a acercarse a Dios.

Señor, que mi oración también sea fuente e inspiración para que otros quieran acercarse a Ti con su propia oración. Amén. Y que la bendición de Dios Todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, los acompañe.