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By CMU Santa María del Pino Yo Soy Pino
8. Pino en la cancha

8. Pino en la cancha

3/17/2025 · 14:51
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Yo Soy Pino Episode of Yo Soy Pino

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El baloncesto en el Pino es más que un deporte: es tradición, esfuerzo y hermandad. En este episodio, hablamos con Macarena Díaz, excolegiala y tetracampeona del equipo, quien nos cuenta cómo fue su paso por las canchas del Pino y cómo influyó en su camino para convertirse en doctora. También nos acompaña Belén Suárez, actual entrenadora y colegiala, quien mantiene viva la pasión por este deporte. Un episodio que refleja cómo, a través de los años, el equipo de baloncesto sigue siendo un pilar fundamental en la vida colegial.

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Bienvenidos a un nuevo episodio del podcast Yo Soy Pino, un viaje fascinante a través del tiempo que nos llevará a explorar la conexión única entre el pasado y el presente de las colegialas del Colegio Mayor Santa María del Pino. En el episodio de hoy nos sumergimos en la historia del equipo de baloncesto del Pino, donde la pasión y el esfuerzo han marcado generaciones. Hablamos con Macarena Díaz de la habitación 717, tetracampeona del equipo y mejor jugadora del Pino durante cuatro años seguidos. Junto a ella Belén Suárez de la habitación 414, quien nos demuestra que el espíritu Pino sigue más vivo que nunca.

Siendo colegial actual decidió asumir el reto de entrenar al equipo, un desafío que pocas se atreven a tomar, combinando su amor por el deporte con el deseo de seguir construyendo comunidad.

Bienvenidos, yo soy Pino.

Bueno, pues cuéntanos cómo era el equipo de baloncesto de tu época, qué puedes recordar, cómo eran sus entrenamientos, cómo era más o menos la dinámica que llevaban.

Sí, bueno, yo me apunté el primer año que entré al Pino porque yo venía de jugar a baloncesto, bueno, pues a un buen nivel en Canarias, desde que era muy pequeña, y pues dio la casualidad de que coincidimos varias niñas de distintos años, que igual, que venían de jugar a baloncesto en sus ciudades, entonces ahí se formó un buen grupo.

De hecho, bueno, yo continué los cuatro años seguidos, el siguiente año una de las jugadoras, que ya creo que se fue del colegio, fue nuestra entrenadora el siguiente año, y bueno, el equipo era genial, la verdad, porque lo que digo, éramos muy parecidas, entendíamos el baloncesto de una forma muy similar, teníamos el compromiso de ir a entrenar, y entonces eso yo creo que se notaba luego en los partidos. ¿Todas tenían nivel de baloncesto o había algunas que, bueno, gritaban? No, no, había de todo, había de todo, sí que es verdad que yo, bueno, hubo un año que no sé si fue mi segundo o mi tercero, que coincidimos pues, bueno, que luego fueron muy amigas, pues Rocío Prado, Paloma Sesma, Leo Conejo, Cristina Crawell, Cristina Campos, es verdad que dentro de todas nosotras había distintos niveles, pero como que había un compromiso de equipo de baloncesto, entonces había algunas que pues para ellas pues no eran las que más minutos jugaban, pero el entrenamiento, el partido, el fin de semana tal, se suponía como un plan, entonces al final éramos siempre muchas y eso hacía también que los entrenamientos saliesen adelante, porque claro, para jugar baloncesto necesitas muchas para poder hacer un entrenamiento que sirva, ¿no? Y luego los siguientes años vinieron niñas un poco más pequeñas que yo, como Cris Acosta, Laura Rebollo, Mapio, Rosina, que también venían de jugar y entonces ahí se formó muy buen ambiente y un equipo pues de cierto nivel, es verdad que casi todas sabíamos jugar, sabíamos votar, o sea, había una base, ¿sabes? Entonces, que eso no lo es todo, pero ahí se construyó como un buen proyecto y ganamos varios años y fue muy divertido, la verdad. ¿Cuántos eran los entrenamientos? Dos días a la semana, si no me equivoco, lo que no recuerdo son los días.

Es verdad que había épocas en las que costaba más bajar, pero bueno, yo también creo que ese era un poco el secreto, el compromiso, ¿no? Porque a veces en Madrid en enero hace frío, y nos apetece, o llovía, lo intentamos cambiar de día, pero bueno, al final estábamos. Hubo un año que nos entrenó el que actualmente es mi marido, que era del San Pablo, y con él también hacíamos entrenamientos mixtos con el colegio al lado. Entonces, quieras que no, eso le daba como dinámica y era chulo, la verdad. Súper bien. ¿Cómo recuerdas esos años en que ganaron el campeonato? O bueno, en principio, ¿cuántos años ganaron el campeonato que recuerdes? Pues, creo que fueron tres o cuatro. ¿Qué tal fue esa vivencia? Yo creo que fue un precedente en el colegio porque yo creo que no se le dio o daba mucha importancia al deporte en el colegio femenino, es verdad que en los masculinos sí que hay mucho más tradición del deporte y tal, y de los equipos, y bueno, somos distintos en el sentido.

Entonces, el hecho de ganar el primer año, que nadie yo creo que se lo esperaba, bueno, fue interesante. Luego también es verdad que nosotras exigimos algunas cosas, lo aprovechamos en ese estado sorpino de directora, y entonces yo recuerdo que después de ganar el primer año, que fuimos las primeras en lo que lo hicimos, pedimos por favor que dejaran hacernos unas sudaderas del colegio mayor. De hecho, ahí empezó. Yo no sé si siguen haciendo las sudaderas en el Pino, pero hubo una época que se hicieron y fue a raíz de que el equipo de baloncesto nos hicimos una. Luego ganamos el siguiente año y entonces ya pedimos también cambiar la equipación, que llevaba como yo que sé 15 años siendo la misma, que era una verde.

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