Gonzalo, Rosa y Alba pertenecen a esas una de cada cuatro personas. O a esos uno de cada siete jóvenes. O podrían ser de esos nueve de cada diez profesionales de enfermería durante la pandemia. Gonzalo, Rosa y Alba son tres de las 5.000 personas diagnosticadas cada año con problemas de salud mental. Una pandemia que ha agravado, como es lógico, la otra pandemia, la del Covid, que ha disparado los casos de estas patologías.
La salud mental es salud, en las palabras de Rafael Tabarés, comisionado de la Generalitat para la Salud Mental. Y es que el Gobierno valenciano quiere tomar la iniciativa ante este reto de salud pública, y hacerlo cediendo la voz y el espacio para que quienes más saben, las personas afectadas por este tipo de patologías, puedan marcar las líneas de acción. Por eso, se ha puesto en marcha la Convención Ciudadana sobre salud mental, donde personas como Gonzalo, como Rosa, como Alba, pueden hablar sobre su ansiedad, su depresión, sus tratamientos, o sobre cómo enfrentan el cuidado de sus familiares con enfermedad mental. Se trata de una de las primeras medidas del Plan de Choque para esta materia, que incluye, además, más personal y servicios
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