#81 Un escritor en Palestina. Hablando con Samuel Domínguez

Bienvenidos a Todos y Todas. Soy David Gómez Hidalgo y estáis escuchando el podcast de Cruce de Caminos.

Os tengo que confesar que esta charla que os traigo hoy fue llevada por un impulso. Por la relación que tengo con el entrevistado, es la más corta que nunca he tenido con un invitado. Os cuento. Ya sabéis, soy un pesado, pero es que tenía esto de tener un altavoz y que pase por una newsletter de la plataforma Subtract, pues allí trasteando, pues me encontré con una newsletter que me pareció interesante. Y entonces, ¿qué hice? Pues le di a seguir a la newsletter. Trasteé un poco, me envió un correo de bienvenida.

Yo no suelo nunca contestar los correos de bienvenida, pero es que aquel estaba tan bien escrito que me lo leí enterito y eso que era bien largo. Y el principio de todo recuerdo que era, léelo o que hasta el final o una advertencia así, una cosa así y digo, pues mira, me lo voy a leer. Y cuando llega al final, pues dije, voy a contestarle. Y así fue, le contesto, recibo una contestación e inmediatamente me dice, oye, ¿por qué no charlamos? Y digo, oye, pues genial, aquí nos vemos en el podcast. Y esa fue la magia y así fue como contacté por primera vez con Samuel Domínguez.

Bienvenidos, Samuel, a Cruces de Caminos. Hola, muchas gracias por la invitación y muchas gracias por esa presentación porque justo estoy, a mí me gusta mucho mi correo de bienvenida y es muy largo y por eso quiero tanto a la gente que se lo lee y encima me escribe. Así que muchas gracias por leerlo, por escribirlo y súper contento de estar aquí para charlar contigo un ratito. Yo siempre digo lo mismo, ¿no? Mucha gente se queja, por ejemplo, de decir, oye, es que un podcast de, no voy a decir cuatro horas, de dos horas no lo escucha nadie.

Yo siempre digo lo mismo, oye, si en las dos horas es interesante, yo o lo leo en tres veces o lo escucho en tres veces y lo mismo pasó con tu correo. Es que, además, creo que es la distribución que tiene el correo que para mí, la verdad, que te juro, nunca los contesto, me atrajo muchísimo, fue como un imán, como si estuviera todo muy estudiado. ¿Cuánto tiempo te llevó construir ese correo, tío? Si te digo la verdad, no demasiado, pero de verdad te lo agradezco, te agradezco que eso es cumplido y esas flores al correo de bienvenida, te lo agradezco de verdad.

Pues mira, yo, ese correo es el segundo correo de bienvenida que tiene Miradero y el primero, recuerdo que lo escribí una noche después de una conversación con mi hermano, David Domínguez, que fue el que me convenció para hacer una newsletter, y de esto, que no podía dormir y tal, digo, voy a escribir el correo.

Pues ese correo de bienvenida fue el resultado de una noche en vela, de insomnio y así tal, y cuando ya llevaba como unos cinco meses de Miradero, que como es una newsletter diaria, la gente que entraba nueva, no sabía qué carajo era eso, o sea, se perdía y decía, vale, me están llegando cosas, capítulo 5, no sé qué tal, el domingo hablamos de Palestina, qué está pasando aquí, y me di cuenta de que ese correo, aparte de una introducción a mí como persona, tenía que ser también una introducción a Miradero, y por eso lo que tú dices de esa estructura en la que se cuenta de los lunes y tal, martes y viernes te va a llegar esta cosa, el lunes, miércoles tal, te va a llegar Reflexiones, el domingo es Palestina, me pareció como que era necesario orientar desde el primer correo que llegase a un nuevo lector, y así que esa segunda versión, si te digo verdad, no tardé demasiado en hacerla, fue como una adaptación a las necesidades que vi que iban surgiendo.

Hemos empezado la charla al revés, porque estamos hablando de Miradero, la gente nos estará escuchando, dirá, de newsletter, de todo eso luego vamos a ir desgranando un poquito, porque también, hombre, yo he venido, es decir, su título podía ser Subtract para escritores, de eso también podemos hablar, porque yo esto lo he conocido hace muy poquito, lo de Subtract, y la verdad es que me está fascinando, me está gustando muchísimo, me está dando una libertad, pero vamos a frenar un momento, vamos a frenar un momento, vamos por un momento que se llama protocolario, y es el momento de presentarte, porque has llegado aquí, nos hemos metido como en el Efe,